Director: Alex Kurtzman
Intérpretes: Tom Cruise, Russell Crowe, Annabelle Wallis, Sofia Boutella, Jake Johnson, Courtney B. Vance, Marwan Kenzari, Javier Botet, Shina Shihoko Nagai, Solomon Taiwo Justified, Emily Ng, Jason Matthewson, Dylan Smith, Rez Kempton
Sinopsis: A pesar de estar enterrada en una tumba en lo más profundo del desierto, una antigua princesa (Sofia Boutella) cuyo destino le fue arrebatado injustamente, se despierta en la época actual, trayendo consigo una maldición que ha crecido hasta límites insospechados con el paso de miles de años. (FILMAFFINITY)
-Cada vez que llega el mes de junio, cinematográficamente hablando, también climatológicamente en La Mancha, me echo a temblar. Me cuesta elegir algo decente entre lo que se estrena en la cartelera este mes. Es como si lo peorcito de cada casa, incluyendo las hipertrofiadas superproducciones lo dejaran para este ya excesivamente caluroso mes, aunque no precisamente en lo que a calidad “cinera” se refiere. En fin, como algo tengo que elegir, decido darle prioridad a la enésima versión y variación de LA MOMIA (THE MUMMY).
Universal vuelve a sacar a la palestra a sus monstruos para lavarles la cara (o lo que es lo mismo, hacer caja, pues hoy en día los ejecutivos de las grandes compañías distan años luz de las ambiciones artísticas de los pioneros).
El estudio se descuelga con una “renovada” franquicia, Dark Universe, que abre fuego con esta versión oscura y fallida del clásico que protagonizara admirablemente por primera vez Boris Karloff en 1932.Después vendría el revival de la Hanmer en los 50/60, en lo que sería la segunda oleada de desempolve de aquéllos hitos del terror. El tándem Sommers-Brendan Fraser, con un poco más de fortuna que en esta ocasión, encabezarían la tercera operación rescate de este concreto mito terrorífico. La que comento es la cuarta oleada, que ya veremos si se continúa en función de lo que la taquilla dicte. El caso es que en la agenda está inicialmente previsto que Javier Bardem encarne próximamente al doctor Frankenstein y Johnny Depp al Hombre Invisible.
Igualmente está prácticamente confirmada la propia salida a escena de un peripatético Russell Crowe, que aquí ya deja su tarjeta de presentación, podría tener para él solo su particular interpretación de un Doctor Jekyll que por lo visto mueve más al llanto frustrante que a cualquier motivo de alegría. Resulta peripatético en su composición. Han querido dotarle de algo de originalidad y el experimento ha resultado baldío. Está al frente de una organización secreta que trata de erradicar el mal. Si se hubieran ahorrado este pasaje, como otros tantos del al menos no muy extenso metraje, yo al menos no lo hubiera echado para nada en falta.
También los “autores” han pretendido ser originales traspasando de sexo a esta entidad reencarnada, convirtiéndolo en mujer, en esa línea de empoderamiento que, poco a poco, está salpicando todo tipo de proyectos. Algo que es de lo más legítimo a condición que lo ofrecido posea un mínimo de interés, tal que como con los chicos.
No negaré que tiene su aquél la criatura que abduce al protagonista, Sofia Boutella, esa bailarina franco-argelina que ya provocó que algunos inevitablemente reparásemos en ella vía aparición en STAR TREK: MÁS ALLÁ. Al menos tiene algún momentito, porque la otra chica de la función, la británica Annabelle Wallis, lleva a cabo una tarea meramente decorativa.
Y de un siempre esforzado Tom Cruise, esta vez mejor correr un tupido velo, es uno de los más olvidables trabajos de su más que respetable trayectoria. Y conste en acta que en general siento simpatía por el actor estadounidense, todo un atleta de la pantalla. Pero en esta ocasión sus cualidades físicas están metidas con calzador sin conseguir que el pie acabe cediendo. Me refiero a toda esa sarta de escenas en las que vuelve a hacer demostración de sus dotes gimnásticas, corriendo, volando, saltando, brincando… Vamos, como si se hubiera olvidado que ya no está en una de los sets de MISIÓN IMPOSIBLE o de JACK REACHER.
Los actores que hacen su aparición son todos ellos, principales o secundarios, meros jarrones chinos, o egipcios dada la ambientación, pues todo está prácticamente al servicio de un continuo y mareante derroche de efectos digitales faltos de algún atisbo de imaginación (¡lo que llegó a ser capaz de elaborar el gran Ray Harryhausen con medios infinitamente más toscos, rústicos y artesanales hace más de 50 años!). El ruido y la oquedad más árida se apoderan de la función circense y de estos ninots de barracón. Es como si una tormenta del desierto traspasara la pantalla y no dejara constancia alguna del menor rastro de creatividad.
Igualmente el tedio hace su aparición, porque a veces se confunde el ruido y el estruendo con el verdadero entretenimiento. Es lo que sucede con muchos “blockbusters” de último cuño. Y eso que el director de esta –disculpen la fácil referencia- momificada versión, Alex Kurtzman, es todo un experto en los mismos en su faceta de guionistas. Ahí están si no para corroborarlos las infumables entregas de TRANSFORMERS, STAR TREK, LA ISLA o MISIÓN IMPOSIBLE 3. En el que supone su segundo trabajo tras las cámaras –ojalá hubiera seguido la estela del primero, el curioso drama familiar ASÍ SOMOS- muestra una considerable falta de ideas.
Qué lejos queda en todos los sentidos de aquél resplandeciente clasicazo de comienzos del sonoro, mucho más parco en medios pero más poderoso y goleador en cuanto a narrativa. Y eso que sería dirigido por un excepcional fotógrafo, Karl Freund, que bien podría haberse dejado llevar más por el aspecto visual y decorativo que por el narrativo.
Este proyecto no debería haber salido nunca del sarcófago milenario. Innecesario, insuficiente a todas luces (aunque seguramente la chavalería se lo pasará bien, pues ya estamos ante una generación exclusivamente “vídeojueguera” que trasladan idéntico espíritu a literatura y cine) y disparatada aun aceptando los códigos fantásticos más desaforados.
Por cierto, cuando se difuminan esos caballeros cruzados parecen como extraídos de alguna rancia producción española setentera dirigida por el inefable Amando de Ossorio, tal como LA NOCHE DEL TERROR CIEGO o EL ATAQUE DE LOS MUERTOS SIN OJOS o similares. Pura y añeja caspa hispana reconvertida en modernidad de lo más inane y tiesa. Al final para llegar a idéntica conclusión frustrante.
José Luis Vázquez
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