Estreno en Royal City

 

Los Blandings ya tienen casa (1948)

Director: H. C. Potter

Intérpretes: Cary Grant, Myrna Loy, Melvyn Douglas, Reginald Denny, Sharyn Moffett, Connie Marshall, Jason Robards Sr., Louise Beavers, Ian Wolfe, Harry Shannon, Tito Vuolo, Nestor Paiva, Lurene Tuttle, Lex Barker, Emory Parnell

Sinopsis: El publicista Jim Blandings, casado y con dos hijas, está harto de los ruidos, las prisas y las tensiones de Manhattan. Por eso, decide comprar una casa de campo en Connecticut; pero la casa se encuentra en tan mal estado que la única solución es derribarla y construir una nueva. La hipoteca, mil gastos imprevistos y toda clase de incidentes hacen que Jim Blandings empiece a arrepentirse de su decisión. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Una de tantas comedias verdaderamente cautivadoras que fabricaba como jamones –puesto que el protagonista es un publicista de esloganes sobre este manjar, resulta oportuno el símil- el Hollywood de la época dorada.

Vista, matizo más bien disfrutada, en mi adolescencia, me pareció en su momento enormemente divertida. Cierto que revisada hace unos años el tiempo había mermado esos recuerdos, aunque si se escucha en versión original subtitulada mantiene estupendamente el tipo. Y aún teniendo en cuenta ese paso de las décadas no ha mermado un ápice su encanto. Es más, constituye un documento cuasi sociológico de primer orden de un fenómeno que por ejemplo en España hemos padecido y seguimos padeciendo. Me refiero al cambio de los pequeños pisos de ciudad a casas en el campo.

Al respecto, el prólogo no tiene desperdicio. Esa voz en off del grandísimo actor Melvyn Douglas, aquí el tío Bill, haciendo una descripción –discordante- de la Gran Manzana.

El largo plano secuencia (esta vuelve a ser una de las tendencias en el cine actual, o de algunos títulos recientes de todo signo) que viene a continuación no tiene tampoco tiene desperdicio, cuando se nos muestra ese reducido apartamento en el que vive la familia Blanding. De ahí la importante decisión tomada.

Cuarenta años antes de la arrasadora ESTA CASA ES UNA RUINA (THE MONEY PIT), esta no menos arrasadora –en los USA fue un taquillazo- comedia de corte familiar, amable, fresca, ligera, había puesto en la llaga y se adelantó notablemente en el tiempo a algo que acabaría constituyendo un problema común de las grandes urbes. A su vez, se había inspirado en otra perla del género de tan solo seis años antes (1942), AQUÍ DURMIÓ GEORGE WASHINGTON.

Plagada de diálogos ágiles, vivaces, ingeniosos y muy eficaces, debidos al tándem especialista en estos registros, posteriores directores también, Norman Panama y Melvin Frank, la película no decae en ningún momento. El hecho de que tire más de humor visual, sin abusar del slapstick, no impide que el verbal funcione también en buenas dosis.

Su corte costumbrista, su toque realista, hace identificable la mayor parte de las situaciones con cualquiera de nosotros (recuérdese que está basada en una novela autobiográfica… de Eric Hodgins, es una perfecta radiografía de una típica familia urbanita del momento). Como certeramente se destaca en El blog de Ethan detalles como los proporcionados a través del tubo de pasta de dientes, la lucha por el espacio del baño, los frasquitos de colonia, el reparto de cajones para la ropa, acaban resultando de los más reveladores respecto a lo indicado.

Y aunque es más de sonrisas que de risas tiene momentos de gran comicidad. Como ese regreso al hogar y esa atónita cara de Mr. Blanding al comprobar que su amigo ha estado a solas con su mujer y lleva puesta su bata. Recuerdo también algunos  a propósito de las sugerencias para modificar los planos o la búsqueda de agua para el pozo.

Para estas situaciones de pura mímica, nadie mejor que Cary Grant para mostrarnos una amplia panoplia de gestos de todo tipo y de lo más divertidos. Le secunda la elegante Myrna Loy, no tan en su salsa como cuando actuaba con William Powell, pero desenvuelta como siempre. Y el tercero en discordia, ese amigo que busca algo más con el componente femenino, Melvyn Douglas, sencillamente lo borda.

Algunas secuencias demuestran gran destreza técnica. Aparte de ese comienzo mencionado, estoy pensando en esa panorámica de la pareja, echando un vistazo a la parcela que han comprado. Incluyan en este apartado la estupenda fotografía de otro grande, James Wong Howe.

Evidentemente ha podido envejecer en algunos aspectos concretos, muy coyunturales, pero el “leiv motiv” que la gobierna permanece plenamente vigente.

Deliciosa. 

José Luis Vázquez

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