Director: Adolfo Martínez
Intérpretes: Ariadna Gil, Roberto Álamo, Raúl Mérida, Antonio Garrido, Ingrid García Jonsson, Jacobo Dicenta, Ismael Martínez, David de la Torre, Nasser Saleh, Mariam Hernández, Berta Hernández, Ruth Gabriel
Sinopsis: A un convoy americano escoltado por la Legión española le estalla una mina al norte de Afganistán y el inexperto Teniente Conte (Raúl Mérida) queda al mando de una dotación para proteger a los heridos hasta que los evacuen. La Capitán médico Varela (Ariadna Gil) acude al rescate en un helicóptero medicalizado del Ejército Español, pero el terreno cede durante el aterrizaje y el helicóptero vuelca, dejando a los rescatadores atrapados junto a los legionarios en medio de la nada. El impulsivo Comandante Ledesma (Antonio Garrido) propone un arriesgado plan para rescatarlos a todos y, además, llevarse el aparato siniestrado. Pero con la noche llega el enemigo y el plan sólo será posible si el Teniente y la Capitán logran sobrevivir hasta el amanecer.
Cuánto me alegra ver, comprobar y ensalzar a este último cine español que toma prestados patrones hollywoodenses de probado éxito y los traslada a suelo patrio, pero sin por ello resultar una simples operaciones miméticas o zánganas, confiriéndoles un carácter autóctono y una propia entidad/identidad.
La mera aparición, la confección de una producción bélica por estos lares me parece en sí misma noticiable pero es que, además, está muy bien hecha. Con destreza, profesionalidad, disciplina y diligencia, la misma que la mostrada por las Fuerzas Armadas españolas en una peliaguda misión en Afganistán.
Porque, efectivamente, lo que aquí se cuenta es un relato basados en hechos reales. Los acontecidos el 3 de agosto de 2012, cuando tras explotar una mina al paso de un convoy estadounidense el helicóptero Súper Puma español que acudió en su ayuda sufrió un accidente y volcó. Esta es la crónica de esa noche que tuvieron que pasar sus ocupantes y miembros de la Legión, hostigados por los talibanes, hasta que acudieron a su rescate –y al de la aeronave- sus compañeros de la base de Qala Naw.
Es un relato detallado, pormenorizado, al que se la ha pelado de épica musculada y apologética en favor de una humanización del asunto y de un tratamiento documentalista y valiosamente aséptico. Ello no es óbice para que se acuda a alguna licencia, invención de personajes o tópico para retratar a los componentes del grupo en situación límite. Por ejemplo, alguna que otra desconfianza hacia intérpretes locales o recelos ante mandos –tenientes- lastrados por ser hijos de reputados generales.
Me sorprende gratamente su buena factura o algunas resoluciones visuales acertadas y eficaces. Algo que pensándolo bien no debiera causarme tal extrañeza teniendo en cuenta que su debutante responsable, Adolfo Martínez, es un curtido técnico fogueado en superproducciones estadounidenses, bien como asistente del director, en segundas unidades o como diseñador de “storyboards”. Y con el plus de un presupuesto de “tan sólo” cinco millones de euros (TERMINATOR: SALVATION, ALIEN RESURRECTION, SUPERMAN RETURNS), tiene ciertamente mérito lo conseguido, pero porque está bien lo pasaportado no por el hecho del coste en sí mismo.
Apartado de lo que es estrictamente el efecto de lo causado o el análisis crítico, particularmente agradezco que se deje constancia del esfuerzo y la labor de los militares españoles. Ya es hora de sacudirse complejos, o bueno que cada uno haga lo que quiera, yo como espero no haber hecho acopio de ellos, me siento orgulloso por este retrato bastante fidedigno, veraz, verosímil y loable hacia un colectivo que con su intervención en diversos frentes, sobre todo en lo referido a ayuda humanitaria, repercute en que nuestras posaderas se encuentren más seguras y sirvan de parachoques a la expansión –en este caso- yihadista. Lo afirmo muy alto, claro y rotundo.
El caso es que a quien apetezca ver una competente producción de acción a la americana “made in Spain”, con buenos actores (muy bien Ariadna Gil, el especialista en tipos duros Roberto Álamo y Antonio Garrido como el arrojado Comandante Ledesma, que además alivia con sentido del humor el drama expuesto), buena recreación de batallas y solvencia narrativa, es posible que no salga defraudado de su contemplación.
Valioso, respetable trabajo. Misión cumplida. Y si inflo ligerísimamente su calificación es porque me parece loable esta intentona, el mejor film bélico hasta la fecha (GUERREROS de Daniel Calparsoro fechada en 2002 y ambientada en la Guerra de Kosovo también estaba muy bien) del cine español, pues 1898: LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS me lo parece aún más pero en un apartado histórico mucho más amplio.
José Luis Vázquez
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