Estreno en Royal City

 

Kong: La isla calavera (2017)

Director: Jordan Vogt Roberts

Intérpretes: Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson, John Goodman, John C. Reilly, Toby Kebbell, Thomas Mann, Corey Hawkins, Jason Mitchell, Shea Whigham, John Ortiz, Eugene Cordero

Sinopsis: Un diverso equipo de exploradores es reunido para aventurarse en el interior de una isla del Pacífico —tan bella como traicionera— que no aparece en los mapas, sin saber que están invadiendo los dominios del mítico King Kong. (Filmaffinity)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Las  tres versiones “oficiales” de KING KONG, la de 1933, 1976 y 2005 (las de Merian C. Cooper/Ernest B. Schoedsack, John Guillermin y Peter Jackson) son excelentes, la primera es sencillamente mítica. En todas ellas hay latente, más o menos explícita, poesía… aunque en varios momentos sea del horror. Esta actualización del mito que no es una adaptación en el sentido más fiel del término como aquéllas, alcanza también un nivel considerable. Es una gran pequeña gran –no, no me he reiterado o confundido en la definición- película.

Una muestra apabullante de la sorprendente capacidad de su director, Jordan Vogt-Roberts, en el que constituye tan solo su segundo largometraje tras su debut hace tres años con la “indie” y apreciable THE KINGS OF SUMMER, un relato de iniciación adolescente alejado completamente del tono grandilocuente del que hace buen acopio éste. Lo que habla en su favor, al dar fe de su versatilidad. En cualquier caso, habrá que esperar a que acumule una filmografía más extensa para pronunciarme con más criterio y perspectiva.

Pero lo aquí conseguido es uno de los espectáculos más potentes y de mayor inventiva visual visto en los últimos años dentro del género de acción “fantastique” (o a la inversa, lo mismo da), tras la imponente MAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA, sorpresón de todo un veterano, un setentón George Miller, que me dejara literalmente sin resuello el día de su estreno.

Ello se hace evidente en secuencias tan enormes, tan descomunales como el ataque inicial a los helicópteros o la lucha contra una araña gigante, por no entrar en detalle de las alusivas a las tremendas tarascadas entre Kong y unos cuantos reptiles enormes.

Precisamente el gran gorila vuelve a ser descrito como un guerrero, un superviviente de proporciones aún más gigantescas, humano, todopoderoso, animalesco. Una paradójica mezcla de inocencia y fuera, carente del furor sexual de la segunda adaptación citada con Jessica Lange, pero marcándose a cambio una escena con Brie Larson, la fenomenal intérprete de la extraordinaria LA HABITACIÓN, que resulta reconfortantemente sentimental

Lo que está claro es que esta aportación, única en sí mismo, pues ni es “remake”, ni precuela, ni continuación, tira de cinefilia a raudales, de manera generosa y brillante. Tanto de la procedente del kaiju eiga nipón o del bélico, con la estructura narrativa de APOCALYPSE NOW destacando sobre cualquier otra referente dentro de este terreno, visible sobre todo en su comienzo, en esa remontada del barco por el río, en la formación de las aeronaves, en la utilización del armamento explosivo. También en sus primeros compases hace referencia a otro clásico, INFIERNO EN EL PACÍFICO, aquél que narraba la lucha por la supervivencia entre un japonés y un estadounidense en una isla del Pacífico tal que como ésta.

También advertirán referencias a PARQUE JURÁSICO, a exponentes ochenteros de parecida naturaleza como DEPREDADOR, o a relatos más decimonónicos como EL MUNDO PERDIDO o LA ISLA MISTERIOSA.

Desde luego por lo que no va a quedar la cosa es por falta de brío, nervio, ritmo. Si acaso echar en falta en esta aportación netamente épica una historia con algo más de miga –aunque contenga algunas acotaciones muy interesantes respecto a la recién perdida guerra de Vietnam, palpable en algún militar obsesionado por el conflicto- y que se deje llevar en su última media hora por los castañazos y refriegas de rigor típicos del “blockbuster”. Pero ello no anula los muchos méritos contraídos, si acaso los atenúa ligeramente.

Una muy entretenida película de monstruos que puede que haga las delicias de los aficionados a las mismas. Menos mal que la tecnología es puesta en esta ocasión al servicio de una buena causa artística y escapista… casi a la altura de la estupenda recreación de EL LIBRO DE LA SELVA llevada a cabo por Jon Favreau en 2016).

Francamente resultona… salvo que sean alérgicos a este tipo de súper producciones. 

José Luis Vázquez

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