Estreno en Royal City

 

El doctor (1991)

Director: Randa Haines

Intérpretes: William Hurt, Elizabeth Perkins, Mandy Patinkin, Christine Lahti, Adam Arkin, Bill Macy, Charlie Korsmo, Wendy Crewson

Sinopsis: Cuando a Jack MacKee (Hurt), un médico frío y distante, le diagnostican una enfermedad, pasa a ser un paciente más de su propio hospital. Entonces sabrá lo que sienten los enfermos, tendrá que confiar ciegamente en un sistema médico que sabe que no es infalible y habrá de soportar con paciencia unos trámites burocráticos que se eternizan, unos reconocimientos humillantes y unas abarrotadas salas de espera..

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

El doctor del enunciado, de actitud fría e insensible, un tanto deshumanizada con sus pacientes, pasa a mostrar otra paulatina manera de comportarse y de ser a partir de que le es diagnosticado un cáncer. 

Tal premisa da pie a una precisa, detallada y quirúrgica narración de ese proceso de transformación.

La cineasta estadounidense Randa Haines no evita la delicada fontanería que salpica un conflicto de estas características pero no necesita para ello cargar en exceso las tintas. Muestra la dicotomía, el hecho de estar en uno u otro lado del  mediante un lenguaje claro, transparente y muy eficaz.

Son indudables las intenciones moralizantes, pero no me resultan en ningún momento molestas, groseras. Son abordadas con mucha destreza y habilidad, gracias también en buena medida al formidable trabajo interpretativo de un William Hurt en la cresta de la ola, con quien Haines ya había trabajado y triunfado cinco años antes en su opera prima, HIJOS DE UN DIOS MENOR. En aquélla ocasión describiendo la historia de amor entre una profesor  y una alumna sordomuda, lo que le valdría a su protagonista femenina, con idéntica discapacidad en la vida real, un cuestionado Oscar.

Como en esta, aquí también se impone un nada acomplejado registro melodramático, encauzado a base de delicadeza, agudeza e ir a la sustancia de lo que verdaderamente importa, sin adornos entorpecedores. Evitando caer en algo que hubiera sido fácilmente tentador, el exhibicionismo, el efectismo facilón o la truculencia emocional.

Va arropada por una buena y discreta banda sonora de Michael Convertino (MIL RAMOS DE ROSAS, TESS Y SU GUARDAESPALDAS, COSAS QUE HACER EN DENVER CUANDO ESTÁS MUERTO).

En esencia, un logradísimo retrato de un profesional que acaba revelando su parte más humana que provoca una legítima, reconstituyente, aleccionadora y comprensible emoción.

José Luis Vázquez

©2025 Ciudad Real Digital | www.ciudadrealdigital.es