Esta muy bonita y curiosísima propuesta acerca del primer encuentro entre Barack Obama y la que sería su esposa Michelle, es el principal nutriente argumental del que está compuesto MICHELLE & OBAMA (SOUTHSIDE WITH YOU). Sus referentes, el cine de Richard Linklater, la trilogía ANTES DE… receta aplicada en este caso a recientes y muy vigentes personajes históricos. Por tanto, sí, mucho parloteo… pero con sentido.

Me sorprende gratamente por su desparpajo y naturalidad, porque pese a que retrata a unos célebres personajes en su juventud y durante una sola jornada, son evidentes las características más llamativas de quien sería llamado a gobernar el país más poderoso del mundo y de su consorte, mencionada así en el sentido más digno y menos machista del término, pues esta recia mujer de gran personalidad jamás, o esa imagen me ha generado siempre, se ha limitado a un papel meramente decorativo… desde el minuto uno de su relación.

Resulta evidente desde temprana edad la enorme capacidad comunicativa y liderazgo de los que ya hacía gala el que llegaría a ser el cuadragésimo cuarto mandatario estadounidense, a punto ya de extinguirse su liderazgo. Algo que queda muy patente en esa reveladora y muy bien resuelta secuencia de la reunión o consejo vecinal. También que ella va a acabar rendida ante su encanto y carisma pero que eso no va a conllevar un cheque en blanco, que le va a querer y admirar sin perder su propio oremus.

Lo gracioso del asunto, parece ser que bastante fiel al encuentro que tuviera lugar en Chicago un día del verano de 1989, es que Michelle parece convencida de que nunca va a salir con él, lo cual anima la trama con un relativo suspense emocional, pues el resultado final de ello es bien conocido. Es el típico caso –uno extremo y a lo grande sería TITANIC- en que no importa tanto el “qué” sino el “cómo”.

Así pues, no esperen un “biopic” al uso, más bien constituye una variante de este vituperado pero para mí gratificante subgénero… principalmente cuando procede o viene empaquetado de los USA.

El escritor, productor y director estadounidense, de New Jersey, Richard Tanner demuestra aplomo, solidez, y lleva a cabo un buen debut tras las cámaras a sus 31 años. Salda con muy buena nota un envite que no era fácil por diversos motivos.

Cierto que muestra un corte, un estilo un tanto telefilmero, aunque si son lectores habituales sabrán que ya estoy un poco cansado de manifestar que esta terminología no suelo utilizarla de manera peyorativa sino más bien todo lo contrario.

Destila encanto, autenticidad, simpatía y buen rollo. En las antípodas de cualquier mastodonte tecnológico… un alivio ante tanto trueno oigan.