Director: Fernando Meirelles
Intérpretes: Anthony Hopkins, Jude Law, Rachel Weisz, Ben Foster, Moritz Bleibtreu, Jamel Debbouze, Marianne Jean-Baptiste, Lucia Siposová, Gabriela Marcinkova, Juliano Cazarré, Maria Flor, Dinara Drukarova, Vladimir Vdovichenkov
Sinopsis: Varias historias interrelacionadas en una libre adaptación de 'La Ronda', novela de 1900 del escritor austriaco Arthur Schnitzler. Durante un viaje de negocios, un hombre (Jude Law) duda sobre serle infiel a su mujer (Rachel Weisz). Una joven eslovaca (Lucia Siposová) se inicia como prostituta de lujo en Viena, a pesar de las críticas de su hermana (Gabriela Marcinkova). Una joven brasileña (Maria Flor) decide abandonar a su novio (Juliano Cazarré) y volver a Brasil tras descubrir una infidelidad. Un hombre (Anthony Hopkins) viaja a Estados Unidos para buscar a su hija desaparecida. Un peligroso recluso (Ben Foster) es trasladado hasta Denver para reinsertarse en la sociedad. Una mujer rusa (Dinara Drukarova) decide dejar a su marido (Vladimir Vdovichenkov), un hombre metido en negocios turbios.
Matrimonios erosionados por el paso del tiempo, o sencillamente insatisfechos, parejas inadecuadas, infieles… una considerable variedad de los diversos registros que presentan los asuntos del corazón y, sobre todo, los del deseo, están expuestos en el último trabajo estrenado entre nosotros de Fernando Meirelles.
Rodada con mucha solvencia y buen gusto visual, el cineasta brasileño que tan fundamental ha sido en el renacer del cine carioca con su estremecedora CIUDAD DE DIOS, nos ofrece una serie de relatos fragmentados e historias cruzadas que cuentan con antecedentes recientes y no tan recientes. De los primeros es inevitable referirse a BABEL de Alejandro González Iñárritu, y de los segundos VIDAS CRUZADAS de Robert Altman, GRAND CANYON de Lawrence Kasdan o CRASH de Paul Haggis.
Utiliza para ello una gran coartada intelectual, como es la novela LA RONDA publicada por el escritor vienés Arthur Schnitzler en 1900 (el mismo autor que inspirara con su RELATO SOÑADO al póstumo Kubrick de EYES WIDE SHUT), una obra de estructura circular e interconectada que demuestra con esta libérrima y brillante adaptación tener plena vigencia.
Sus aspectos multiculturales y globales amplifican su potencialidad y la hacen conectar con un cine moderno y cosmopolita. Estamos ante una historia que comienza en Viena y que para cerrar su curvatura se pasea por medio mundo.
Lógicamente en una historia de episodios de este tipo, es prácticamente inevitable que unos nos satisfagan o apasionen más que otros. Por ejemplo, entre ellos figura el del chófer mafioso y la hermana prostituta. En cambio, me chirría un tanto el del violador.
En cualquier caso, las gracias y caprichos del destino, son en esta ocasión más evidentes que nunca. Y agradezco que ello se encuentre rociado de un tono alejado de cualquier moralina o sermón de la montaña, sin que por ello no deje de haber lugar para la posibilidad de redención, entendida esta como una actitud vital más que como un castigo.
Intensas interpretaciones de un reparto a tono con su carácter internacional, de lo más variopinto pues. En esa carrera de relevos que constituye 360. JUEGO DE DESTINOS pueden encontrarse con intensas interpretaciones de profesionales con tanto talento como Anthony Hopkins, Jude Law, María Flor, Vladimir Vdovichenkov, Rachelz Weiz (que ya había trabajado con el director en la notable EL JARDINERO FIEL) o Ben Foster.
Dentro de un conjunto bastante abigarrado, hay que destacar aspectos aquí tan elaborados como un montaje que mantiene un ritmo constante y una banda sonora que constituye toda una delicatesen.
Hay una prueba del nueve que no suele fallar, sus dos horas, pese a algún ligerísimo altibajo o alguna inevitable dispersión, no se hacen largas en ningún momento, pasan bastante rápido, algo que constituye sin duda alguna una gran cualidad.
José Luis Vázquez
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