Barricada Cultural

 

16/01/2016

La ciudad en invierno (0)

por P. L. Salvador

Estoy leyendo ʽLa ciudad en inviernoʼ, ópera prima de Elvira Navarro, publicada por Caballo de Troya en 2007. Como no hace mucho escribí una crítica sobre ʽLa trabajadoraʼ, última obra de nuestra autora, me pongo en contacto con ella y le digo textualmente:

―Puesto que el libro está dividido en cuatro partes, se me ocurre que podría escribir una pentalogía, prólogo y cuatro partes, que se publicarían semanalmente. Si te lo comento es porque sería genial que pudiera hacerte una pregunta al final de cada reflexión.

A lo que Elvira me responde:

―Estaré encantada de que escribas lo que consideres oportuno, claro que sí. La interlocución es lo que le da vida a los libros. Puedes hacerme esa pregunta al final de cada reflexión, por supuesto. Ya me cuentas.

La pentalogía interactiva está, pues, en marcha. Me digo que no estaría de más echarle un vistazo a las críticas que la novela ha recibido, sobre todo para no repetir lo que otros han dicho. Y entonces encuentro una lista con un veintenar largo. No esperaba tantas. No tengo ganas de leer tantas. Además, si las leo, podrían influirme. Así que las copio y cuento las palabras para hacerme una idea del contenido: catorce mil quinientas (14.500). Caramba, se podría editar un volumen con ellas...

No pienso leerlas, desde luego, pero se me ocurre buscar una palabra para ver si alguien la ha mencionado: catarsis. Y la encuentro en la crítica de Recaredo Veredas, pero en referencia a la protagonista, mientras que a mí me interesan más los lectores. Entiendo que las obras descarnadas... (Pausa.) Aquí me he parado por el adjetivo. Descarnado. Como tengo las críticas abiertas en un Word, busco la palabra sin la última vocal (descarnad) para que me aparezcan todos los vocablos. Y, curiosamente, encuentro cuatro, uno de cada: descarnada, descarnado y sus plurales. No son demasiados...

En el párrafo anterior iba a decir que solo me interesa el arte descarnado si pretende ser catártico. Como imagino que algunos lectores no estarán familiarizados con esta expresión, indicaremos que la catarsis es la purificación o crecimiento personal que experimentamos a través de la compasión, el horror y demás emociones derivadas del arte descarnado. Y lo que hasta ahora he leído (de esta ʽCiudad en inviernoʼ) es catártico, pedagógico, terapéutico, moral en su inmoralidad.

Termino este prólogo con la pregunta prometida (confieso que al escribir esto ya he formulado y borrado media docena que no me convencían, pues aún no quiero entrar en la zona estrictamente literaria y no es fácil elaborar una pregunta sobre este invierno nuestro que se adivina interminable, de manera que pregunto y no pregunto, y me conformaría con una respuesta de dos o cuatro sílabas [cinco o nueve letras], aunque presiento que al menos recibiremos una frase):

―ʽLa ciudad en inviernoʼ existe, está a nuestro alrededor, casi siempre invisible, y no es fácil soslayarla ni deberíamos hacerlo, pero ¿cuántas ʽciudades en inviernoʼ hemos de leer todos y cada uno de nosotros para que a la ciudad llegue la primavera?

A lo que Elvira me responde:

―No creo en los deberes ni en que todos debamos llegar a una primavera. Tendemos, y valga esto que ahora consigno como muestra de ello, a generalizar nuestros puntos de vista, y la peor de las generalizaciones es la de considerar que los valores propios que catalogamos como buenos son un imperativo moral. Considero que eso es autoritarismo. Fascismo. No creo que haya nada que deba imponerse, no hay lecturas ni vivencias ni creencias obligatorias, y nada me da más asco que quienes juzgan a los otros en nombre del bien. Una parte considerable de la mierda que hay en este mundo es la que se produce en nombre del bien. La Iglesia ha considerado hasta hace tres días que las mujeres no tenían alma en nombre del bien. El comunismo ha masacrado en nombre del bien. Las democracias occidentales invaden países y asesinan en nombre del bien. Nos permitimos sentirnos por encima de los demás cuando no responden a nuestra idea de lo bueno. En fin, que me bajo del cuantas ciudades en invierno deben leerse porque me parece un error creer que podemos saber lo que necesitan los otros e imponérselo.

 

*ʽLa ciudad en inviernoʼ vive aquí:

http://www.megustaleer.com/libro/la-ciudad-en-invierno/ES0087697

 

Foto: Elba Fernández

©2025 Ciudad Real Digital | www.ciudadrealdigital.es