26/06/2015
Mediado el pasado siglo se hizo costumbre llegado el verano proyectar cine al aire libre en recintos habilitados y dotados de los medios necesarios. La ausencia de sistemas de ventilación y refrigeración de las salas, unido a las elevadas temperaturas diurnas animaba a disfrutar del cine con bocadillo y refresco en esas noches frescas. Fue una forma de ocio muy extendida y del gusto familiar cuando la televisión aún no había invadido los hogares. En los años setenta se inició su progresivo declive que a día de hoy los ha arrinconado en lugares turísticos de la costa. En nuestra ciudad antes de llegar a los 90 la actividad del último cine abierto concluía.
A las generaciones nacidas en las décadas de oro de esta forma de esparcimiento popular, les supone un entrañable recuerdo. Ya antes de los 50 el cine había salido de la sala. En nuestra capital, en un amplio solar ubicado en la Avenida del Rey Santo, Ángel Piqueras, un atrevido aprendiz de empresario cinematográfico proyectó para sus amigos la primera película del incipiente cine sonoro. Arrancaba el "Ideal Cinema". Era 1.932 y completaba la oferta cinematográfica que el Teatro Cervantes y el Salón Olimpia ya ofrecía.
Tras la Guerra Civil Española en los años cuarenta se abrió el distinguido “Patio de Verano Proyecciones” como actividad complementaria a su edificio principal situado en la Avenida de Alfonso X El Sabio. También iniciaba su andadura el cine “Savoy”, en la calle Ruiz Morote. Un cine exclusivamente de verano con su encalada pared como pantalla.
A partir de los años cincuenta la Plaza de Toros también fue utilizada como cine de verano. La pantalla de tela se levantaba ante la puerta de los toriles, y el público asentado en el ruedo y gradas contemplaba la película. De esta misma época es el cine “Avenida”, cine que se encontraba en un patio contiguo a la fábrica de hielo de la calle Alarcos. En 1959 se inauguró el cine de verano “Romasol” creado por el jesuita P. Soloaga con fines apostólicos ocupando la amplia explanada de las instalaciones deportivas del Colegio Hermano Garate.
El ultimo cine de verano en abrir sus puertas en nuestra ciudad, fue el “Cine Calatrava” en 1.962. Fue así mismo el último en cerrar a finales de los ochenta. Las nuevas costumbres veraniegas entre la población y la llegada de nuevas formas de ocio, lo arrinconaron hasta su extinción. Los cines de verano habían sido una extendida forma de ocio estival junto a verbenas y las ferias. Hoy han pasado a ser parte de la historia y memoria de nuestra ciudad.
Era una época en que a los barrios llegaban feriantes que organizaban en cualquier espacio un cine público que impregnaba el ambiente de puro y saludable sabor a vecindad. Casi que cualquier pueblo se orgullecía de su cine de verano. Precisamente fueron éstos los últimos en cerrar sus puertas llegando casi al actual siglo las proyecciones en la terraza-cine el mosquito de Miguelturra o en el Palacio de los Oviedo de Almagro. Actores como Marisol, Lina Morgan o Toni Leblanc, personajes míticos como Fantomas, Kung Fú o Tarzán, géneros como el spagueti western o la comedia llenaban las noches de emoción y magia.
Los nuevos tiempos cierran capítulos a la vez que otros se abren. Las nuevas tecnologías facilitan que espacios públicos al aire libre recuperen el cine. En nuestra capital el Patio López Villaseñor ocupó este hueco durante unos años. Ahora lo cubre la terraza de la Biblioteca Pública Nacional. En muchos pueblos han surgido iniciativas estables como en el Centro Cultural Ciega de Manzanares, Bibliocine de verano en el patio del colegio Gónzalo de Berceo de Puertollano, en el Parque Reina Sofía de Calzada de Cva. o en el Museo Municipal de Daimiel. Una oferta más amplia de lo imaginable.
Y aún más, un punto de luz, un ordenador, un videoproyector y un fondo blanco permite casi que en cualquier lugar disfrutar del momento mágico que supone una proyección de cine bajo la luz de la luna en una agradable noche estival. Cualquier grupo familiar o de amigos reunidos en un chalet ante la pared de un frontón de la Poblachuela, en la azotea de un edificio urbano, en los jardines de un residencial o en un patio de un unifamiliar adosado, pueden convertir una noche corriente en una noche de cine. ¿Se te ocurre mejor plan?...
Foto: hemoglozine
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