28/10/2014
Vivimos un otoño caluroso, pero nosotros seguimos con esta selección de películas de tono melancólico y con intenso olor a lluvia. La película de hoy tiene la edad de Naranjito nada más y nada menos. “One from the heart” (“Corazonada”) es una obra inclasificable, un verdadero capricho del director de “El padrino”. Se podría definir como un género en sí misma. No sorprende procediendo de quien procede, un director que suele arriesgarse y afrontar proyectos con gran libertad creativa (véase “La conversación”, brillante homenaje al “Blow up” de Antonioni; o el valiente descenso a la locura que supone “Apocalypse now”; también el conseguido aroma de sueño adolescente que destila “Rumble fish”). Lo que es incuestionable es su perfecta factura, con una memorable fotografía de Vitorio Storaro (los rojos son muy Scorsese, o la escena del tango con ese amarillo cera). Es de destacar una imaginativa dirección artística concebida toda ella en los decorados de Zoetrope (ideados por su colaborador habitual, Dean Tavoularis), aspecto éste hoy en día más meritorio, en los tiempos que corren de decorados por ordenador. Lo que sí transmite es una idea del cine ya extinguida, de cine de estudio. Aquí es donde traigo a colación a Fellini, es una hipótesis, pero creo que ésta sería la película firmada por Coppola que más interesaría al italiano, por ser eso mismo, una película de decorados (lo que para Fellini era “Cine cittá”, para Coppola es “Zoetrope”).También es muy “Felliniana” esa atmósfera irreal recreada, y finalmente, siempre pensé que el personaje de Natascha Kinsky tiene algo de la Gelsomina de “La Strada” (el mundo circense, su naturaleza soñadora,…).
Volviendo a esa perfecta factura y a su muy cuidada puesta en escena, creo que quedarán grabadas en la retina de los cinéfilos de pro la presentación del siempre elegante y misterioso Raúl Juliá en el escaparate bajo las luces parpadeantes de neón, o la aparición en la mente de un flojito Frederic Forrest de la preciosa Natascha Kinsky bailando dentro de una copa de Martini. No obstante, es una película descompensada y falta de ritmo en muchos momentos (el número musical entre Teri Garr y Raúl Juliá es flojito, pese a lo bien que baila ella). Creo que también hay descompensación en la pareja protagonista, Teri Garr probablemente borda su mejor papel, y Frederic Forrest (el salsero de “Apocalypse Now”) no le acompaña en muchos momentos.
Pese a ser un experimento fallido y un fiasco en taquilla con el que Coppola se arruinó (algo a lo que el genio está acostumbrado), respira pasión por el cine por los cuatro costados. Es una película para cinéfilos, por los antecedentes apuntados y por ser un luminoso homenaje al musical de Broadway, a medio camino entre este género y la comedia sentimental con alternancias entre lo luminoso y lo depresivo. Una curiosidad a rescatar de la presente película es mi intuición (verdadera o no, me da igual, la comparto con vosotros) de que inspiró el casting del “París, Texas” de Wim Wenders, de 1984. Al menos es mi teoría y la defiendo pacíficamente, ya que en esta película (la extraordinaria “Paris, Texas”, recuerden ese riff de Ry Cooder, antigua sintonía de los “Documentos tv”) la pareja principal está formada por Natascha Kinsky y mi admirado Harry Dean Staton (que interpreta en “Corazonada” al amigo de Frederick Forrest.).
Mención aparte merece la música de Tom Waits (responsable de la banda sonora, junto a Crystal Gayle), tan urbana y callejera como siempre. Su voz desgarradora y pirata, como de ultratumba de este hijo del rock (que aparece por cierto detrás de la barra de la cafetería en la mencionada “Rumble fish”) en canciones tan hermosas y otoñales como “Broken bicycles”, desgarra y acaricia a la vez. En fin, “That ´s one from the heart”
( eso es lo que me sale del corazón).
Lo puedes leer también aquí:
http://thewaytoinnisfree.wordpress.com/2013/02/17/one-from-the-heart-corazonada-francis-ford-coppola-1982/
Foto: billsmovieemporium.wordpress.com
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