03/08/2019
El 3 de Agosto de 2008 fallecía en su casa de Moscú el gran escritor, pensador, y Premio Nobel, Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn.
Describir la vida y trayectoria de este gigante de las letras en un simple artículo me resultaría imposible, pero aun así, quisiera dejar unas pinceladas de tan interesante existencia.
Nuestro autor nació en Kislovodsk (Rusia), un 11 de Diciembre de 1918, hijo de una maestra, que acababa de enviudar de un terrateniente cosaco. Estudiaría en sus años mozos Matemáticas y Física en la Universidad Federal del Sur, donde ya empieza a destacar su intelectualidad.
Al graduarse en 1941 comienza a servir en el Ejército Soviético, y participaría en batallas tan importantes de la Segunda Guerra Mundial como la Batalla de Kursk (1943).
Más tarde, en Febrero del 45, sería detenido en el frente de Prusia Oriental, a raíz de interceptarse unas cartas suyas donde describía la forma en que vivían los granjeros occidentales, comparándola con lo que sucedía entonces en su país. Lo condenaron a ocho años de trabajos forzados por opiniones antiestalinistas. Fue encerrado primero en la temible Lubyanka, y de ahí fue peregrinando por distintos campos de trabajos forzados, siempre en condiciones infrahumanas.
En estos terribles lugares fue donde comenzó a escribir sus obras, teniendo en todo momento presente la denuncia de las condiciones de vida de los presos políticos.
Una vez terminado su largo cautiverio, y con Stalin ya muerto, se le aplicó también la pena del destierro, que cumpliría en la remota provincia de Zhambyl, en el actual Kazajistán. Allí siguió escribiendo.
En 1970 obtuvo el Premio Nobel, pero no viajó a Suecia por miedo a que no le dejasen regresar a la Unión Soviética, y también porque estaba ultimando la que sería su gran obra, la imprescindible “Archipiélago Gulag”. Para redactarla, Solzhenitsyn había entrevistado a cientos de prisioneros de los campos de concentración soviéticos.
La primera parte se publicó en París en 1973, y desató un vendaval en la URSS. En ella analizaba minuciosamente el sistema de campos de presidio de su país, la temible policía secreta, y el terrorismo de Estado.
El 13 de Febrero de 1974 fue expulsado y privado de la ciudadanía soviética. En el exilio siguió escribiendo, y su pensamiento acerca del futuro de Rusia y de Europa se hacían cada vez más pesimistas. Decía que la excesiva comodidad en Occidente había debilitado la voluntad y la razón de los ciudadanos. Un razonamiento que bien podemos suscribir en nuestros días.
Su visita a nuestro país en 1976, con su entrevista en el programa de televisión “Directísimo”, que presentaba José María Íñigo, levantó muchas ampollas en ciertos sectores, al asegurar que no era comparable la situación de los españoles bajo el régimen franquista con las brutalidades sufridas por los rusos en la URSS.
Solzhenitsyn volvió por fin a su patria en 1994, tras la caída del comunismo, y fue recibido como un héroe. Hasta su muerte en 2008, no dejaría de ejercer su pensamiento crítico sobre Rusia.
Sus restos mortales fueron velados en la Academia de las Ciencias de Rusia, donde, entro otros, acudió a rendirle homenaje el presidente Vladímir Putin; y hoy descansan en el célebre cementerio del monasterio de Donskói, en Moscú, en una tumba contigua a la del historiador Vasili Kliuchevski (1841-1911), junto a quien había solicitado su enterramiento.
Os animo a indagar en el pensamiento y obras de este grandísimo autor. “Archipiélago Gulag” es larga, y por momentos densa, pero la considero una imprescindible del siglo XX. Yo la leí por vez primera cuando apenas si había alcanzado la edad adulta, y ya entonces quedé prendada de su relato descarnado y auténtico. “Un día en la vida de Iván Denísovich”, “El Pabellón del Cáncer” y otros relatos más breves resultan cómodos de leer, y describen a la perfección el ambiente soviético de mediados del siglo pasado.
¡Nos leemos!
Foto: institutoacton.org
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