17/12/2016
Abro Samsa al azar. Samsa es la primera novela de Lorenzo Ariza (inspirada de alguna forma por La metamorfosis de Kafka), aunque yo más bien creo que es la segunda parte de El dios de la brisa, segunda novela de Lorenzo.
«Por la mañana, al despertar, observándome en el espejo, pensé a qué lado del mismo se encontraba aquél que decía ser yo. Quien me miraba del otro lado me sonreía y tras él examiné un mundo familiar».
Abro El dios de la brisa al azar. «Es la insistencia en mi nombre lo que más me irrita. De ese modo, al llamarme por mi nombre de pila reivindica su dignidad de lacayo. Por otro lado, conoce más de mí que nadie, que mi vecino, y quizá que yo mismo. Posee esas dotes de portera o de vendedor de enciclopedias que apisona».
Ahora voy a transcribir unas notas que tomé mientras veía la presentación de El dios de la brisa.
«Novela existencial. Con personajes que desconfían de la realidad. Que se adentra en el territorio de lo imposible. Plasmando un sentimiento, un arrebato, un delirio. Entre dioses que describen nuestro carácter».
¿Cómo una primera novela puede ser la segunda parte de una segunda novela?, me pregunta un lector imaginario. Puede serlo porque las apariencias engañan. Puede serlo porque Samsa, la primera novela, es en realidad la segunda.
Escribiré a partir de aquí con total espontaneidad, dejando el cerebro aparte para que mi corazón teclee lo que quiera. Pienso que ʽSamsa, el dios de la brisaʼ, ahora entre comillas para que no haya duda sobre lo que pretendo, es una bilogía escindida. Lo que ocurre es que hubiera sido una temeridad editorial publicar las dos obras juntas. ¿Lo hubiera sido? Un volumen de trescientas páginas escrito por un desconocido. Un volumen cuya primera obra sería El dios de la brisa, la más arriesgada según el Editor.
A mí me hubiera gustado leerlas así, una tras otra y en el mismo libro. Creo que durante la creación de El dios de la brisa se gestó también Samsa. Pienso que se complementan, que se entienden mejor juntas. Por lo que oí en la presentación de El dios de la brisa, podría haber trilogía.
¿Y qué nos cuenta o trata de contarnos Lorenzo Ariza con estas dos obras?, me pregunta ahora uno de mis lectores imaginarios. Escribía Constantino Bértolo en 2010: «Dicen los que saben que se lee para saber o para olvidar. Bueno, también cabe leer para saber olvidar o para olvidar lo que se sabe. A cada cual según sus necesidades».
Me remito a las palabras de Constantino porque tanto El dios de la brisa como Samsa son obras de múltiples lecturas, novelas donde no importa lo que pasará en la siguiente página sino lo que te hace reflexionar en esta que ahora estás leyendo.
Empecé escogiendo dos fragmentos al azar y no hice trampa. Esta bilogía escindida se presta a ello, es Literatura neta y cualquier parte es un pequeño todo. Lorenzo Ariza no nos cuenta una historia: con una prosa exquisita se entrega entero en su obra: el artista retando a lo imposible.
He llegado al último párrafo sin contar nada de la trama. ¡Campeón-campeonísimo! Ya se cuenta bastante en la contraportada… Me pregunto ahora: ¿qué sentirá el autor cuando lea este arrebato? Un arrebato inspirado en él mismo, en sus palabras, en su Literatura.
ʽSamsa, el dios de la brisaʼ no merecía menos.
El dios de la brisa vive aquí: http://www.editorialpezdeplata.com/dios-brisa.html
Samsa vive aquí: http://www.editorialpezdeplata.com/samsa.html
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