lunes, 4 de agosto

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Haciendo las américas

Paella Lovers

por Lola Romero (Houston)

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Imprimir artículo

Lola Romero Este sábado pasado hemos tenido paella compartida con otros tantos españoles que viven aquí en The Woodlands, nuestra ciudad-bosque al norte de Houston. No estuvimos todos los que somos, unas doscientas familias, pero sí nos reunimos unas treinta o cuarenta personas.

Habéis leído bien. Doscientas familias. La mayoría, de momento, expatriados y “locales” (esto es, contratados aquí con las mismas condiciones que un americano) de Repsol, pero cada vez crece más el número de desplazados aquí por Ferrovial, y hay presencia de ellos en Cosentino, Huntsman, Alsina… Es, en cierto modo, reconfortante saber que hay una “familia” española tan cerca. Hasta ahora, aquí en The Woodlands, se movía mucho en pequeños grupos, como el de “los vinos de los miércoles” al que no falto casi nunca, y que una tarde a la semana nos reúne a españolas en torno a la “Happy Hour” del Kona (un sitio más o menos cool), y en la que disfrutamos de charla, risas, un buen Terrazas (el vino de España es una asignatura pendiente en esta zona), y de la que casi siempre sale algún plan para el fin de semana.

Sin embargo, como decía, a gran escala, “la gran familia” sólo se reunía hasta ahora para la cena de Navidad. Pero desde este pasado fin de semana, con la buena experiencia y el buen sabor de las paellas, creo que no tardará en repetirse. Bueno, es una manera de decir que quizá se repita cuando pase el calor, que ayer estuvimos fenomenal en la zona de picnic de un parque público, pero gracias a Dios que llovió y que había ventiladores, porque si no, nos había dado algo…

El caso es que ayer conocimos a un montón de gente: niños, mayores, jóvenes, menos jóvenes, y la reunión se desarrolló como cualquier día de campo o picnic en España: abundancia de bebida y de comida (cinco paellas de diverso tamaño, pizzas para los niños, y aperitivos a discreción), mucha charla y mucho “Hola, ¿qué tal? Yo soy Fulanito, de Repsol, ¿cuánto lleváis aquí?”. Daba gusto oír tanto parloteo, ver tanta sonrisa, y oler el arroz cociendo con el marisco. (Sí, vale, los que me conocéis sabéis que no como marisco ni cuento la paella entre mis comidas favoritas, pero eso no quita que, para mí, ese olor, sea muy “español”.)

En cuanto a las instalaciones, sinceramente, qué envidia. En esta ciudad-bosque, donde hay árboles por doquier y las urbanizaciones se esconden de la vista con setos y mucha vegetación, la presencia de parques públicos es impresionante. En casi todos hay una zona infantil, cuidada y limpia por lo general, pistas de tenis o pádel y un porche con mesas y bancos, aseos y barbacoas a disposición de quien lo reserve. Incluso, en la mayoría de estos parques hay una piscina pública, como la que teníamos ayer al lado.

A eso de la una de la tarde, la hora de la “reunión”, hacía mucho calor, pero luego llegó una de las tormentas que son costumbre en esta latitud y llovió a cántaros durante bastante tiempo. Eso refrescó el ambiente y aguantamos hasta casi las siete de la tarde. Sandía, melón y café mediante.

Nos despedimos del organizador y “aglutinador” de españoles, Álvaro, deseando de verdad que haya otro sarao pronto. Aunque, por mi parte, esta vez pienso sugerir alguna comida del tipo “pisto manchego”…

Y nosotros acabamos la fiesta de un modo muy español también. En petit comité en mi casa, con unos cubatas y algo de conversación. Bueno, mucha conversación.

 

P.D. El título, “Paella Lovers”, significa “amantes de la paella” en inglés.