Director: David Trueba
Intérpretes: Javier Cámara, Natalia de Molina, Francesc Colomer, Ariadna Gil, Jorge Sanz, Ramon Fontserè
Sinopsis: Antonio (Javier Cámara) es un profesor que utiliza las canciones de The Beatles para enseñar inglés en la España de 1966. Cuando se entera de que su ídolo John Lennon está en Almería rodando una película, decide viajar hasta allí para conocerle. En su ruta recoge a Juanjo (Francesc Colomer), un chico de 16 años que se ha fugado de casa, y a Belén (Natalia de Molina), una joven de 21 que aparenta estar también escapando de algo.
Este viernes 19 de junio a las 23:25 h. en La 2.
El séptimo largometraje del cineasta madrileño David Trueba parte de un hecho real: el viaje al desierto de Almería de un profesor de inglés que en la España de los 60 enseñaba el idioma de Shakespeare a través de las canciones de los Beatles, para conocer a su ídolo, John Lennon, que se encontraba allí rodando una película… la sátira antibelicista CÓMO GANÉ LA GUERRA de Richard Lester, su mecenas en el Séptimo Arte.
Esta “road movie” de tortilla de patata, cálida y afectuosa, nos sitúa en una época casi fronteriza de nuestra historia, a caballo entre dos visiones opuestas de ese lugar y momento: la totalitaria, mamporrera, sombría y obtusa de unos años en los que la autoridad se imponía sobre cualquier otra consideración, y esa luminosa que se vislumbra, que está comenzando a abrirse camino, la que bien se podría denominar como del despegue del desarrollismo, y que desembocaría en una incipiente y esperadísima democracia.
El personaje que encarna Javier Cámara es perfectamente representativo de esa España ilustrada y abierta que empezaba a respirarse en el ambiente, a tomar sus propias decisiones pese a collejas, a sacudirse miedos, tal y como se postula el trío protagonista.
Lo que nos propone Trueba mediante una cámara alejada de cualquier tono enfático, pomposidad, afectación o fatuidad, es un viaje en un Seat 850 al interior de nosotros mismos y del Lennon que llevamos dentro, en un período difícil, complicado, adverso… pero que dejaba intuir cierta luz al final del camino y anhelos imparables, muchos anhelos. Nos transmite un estado anímico a través de sus personajes sin recurrir a atisbo alguno de demagogia o maniqueísmo, justo lo contrario de lo que ha venido haciendo en tantas ocasiones nuestro cine.
Cámara borda su personaje machadiano, le dota de ternura, esperanza, buenismo del reivindicable. Natalia De Molina, sobre todo ésta joven actriz, y Francesc Colomer son dos buenos compañeros de viaje en el doble sentido. Ramón Fontseré es un sobrio y protector individuo. Jorge Sanz y Ariadna Gil son dos estimulantes presencias en cometidos secundarios.
Todos ellos conforman decisivamente este entrañable y pequeño mosaico arropado por la luz, la brisa ventosa,el sol, las fresas, la aridez y el color celeste del mar de esa resplandeciente tierra andaluza de rodajes y sueños de cambio amorosamente fotografiados por el objetivo de Daniel Vilar. Y cuyo distintivo formal es una espontaneidad bien estudiada, una caligrafía que trata con cariño a sus criaturas, un modesto pero revelador lienzo que respira vida y una melancolía gratificante.
Con el contrapunto casi final de esa bella canción que es STRAWBERRY FIELDS FOREVER compuesta por el chico de Liverpool prácticamente enfrente del cabo de Gata, VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS se revela como una emotiva historia que, al igual que las canciones que proclama el profesor Antonio, te puede salvar la vida, al saber que alguien ha sentido lo mismo que uno está sintiendo en ciertos momentos de nuestras existencias. Por ejemplo, ese grito de socorro del mítico tema de los Beatles, un grito con ecos liberadores y reconstituyentes.
Encantadora y vivificadora propuesta.
José Luis Vázquez