Director: Martha Coolidge
Intérpretes: Mary Elizabeth Mastrantonio, Patrick Swayze, Joseph Mazzello, Diane Venora, Jay O. Sanders, David Marshall Grant, Seth Mumy
Sinopsis: Jane Holman, una joven viuda que viaja en coche con sus dos hijos Tom y Gunny, atropella a Jack McCloud, un misterioso vagabundo, que se fractura una una pierna. Decide entonces alojarlo en su casa, y pronto la familia empieza a cogerle cariño. Cuando empieza a enseñarle béisbol a Tom, que ha perdido a su padre en la guerra de Corea (1950-1953), nace entre ellos una fuerte amistad.
Este miércoles 15 de julio a las 17:15 h. en Paramount.
Dulzón, sentimentalón pero de digestión fácil, suave, este drama romántico de reminiscencias fantásticas, está dirigido por Martha Coolidge, una cineasta con algunos discretos éxitos comerciales durante la década de los 80 y 90, tales como el suspense juvenil ROPA SUCIA, ESCUELA DE GENIOS o este THREE WISHES. Con el nuevo siglo acabaría desembarcando en el campo televisivo.
El tono de buñuelo que mantiene en todo momento la historia no resulta irritante ni excesivamente empachoso, se digiere con suma facilidad.
Su guión no es presuntamente modélico aunque exalte cuestiones tan importantes como la amistad y la tolerancia. Le faltan ese tipo de secuencias grandiosas con las que el cine norteamericano de los 40 y 50 elevaba a una película hasta los altares. En la práctica totalidad del metraje se impone un registro inalterablemente agradable, sin momentos de especial recuerdo.
Está protagonizada por una actriz que en ese momento gozaba de cierto estatus, Mary Elizabeth Mastrantonio (EL PRECIO DEL PODER, ABYSS, EL COLOR DEL DINERO, ROBIN HOOD PRÍNCIPE DE LOS LADRONES) y de una guapetona estrella de jovencitas tras su arrasador éxito con DIRTY DANCING, el malogrado Patrick Swayze. Pero es el crío Joseph Mazzello el que se hace fácilmente con el centro de la atención cada vez que aparece en pantalla.
Puede que echen alguna furtiva lagrimita, cuenta con una buena ambientación y fotografía cincuentera y resulta bonita de ver. Como un cuento navideño con sol, al que le falta garra, genio y más atrevimiento para poder hablar de algo más importante.
José Luis Vázquez