sábado, 28 de junio
sábado, 28 de junio
Director: Raoul Walsh
Intérpretes: Rock Hudson, Donna Reed, Phil Carey, Lee Marvin, Neville Brand, Roberta Haynes, Leo Gordon
Sinopsis: La joven Jennifer coge la diligencia para reunirse con su novio Ben. Con ella viajan dos bandidos disfrazados de honorables caballeros, pero, en el momento oportuno, descubren sus intenciones: se apoderan del oro que transporta la diligencia y huyen con el botín, llevándose a Jennifer como rehén.
Este miércoles 29 de julio a las 18:15 h. en CMT.
Puede que no encuentren este título, GUN FURY/FIEBRE DE VENGANZA, en ninguna antología “fundamental” del cine, ni tan siquiera en una antología del género al que pertenece, el western, pero puedo garantizar que posee un vigor, un encanto y una vitalidad por muchos añorada.
De acuerdo en que es una típica historia de venganza, sazonada con el condimento que supone estar ambientada en ese período agitado que se produjo tras finalizar la Guerra de Secesión, con todas las secuelas que ello traería, pero el genio de su director, uno de los verdaderamente grandes, Raoul Walsh, la redime hasta cotas verdaderamente notables.
El itinerario emprendido por su protagonista, Ben Warren, posee ritmo e interés creciente. Por cierto, el actor encargado de encarnarlo, Rock Hudson, protagonizaría ese año -1953- bajo las órdenes de Walsh dos títulos más, los estupendos HISTORIA DE UN CONDENADO y LOS GAVILANES DEL ESTRECHO, otra prueba incontestable de una industria hollywoodiense de estudio prolífica pero sin que conllevara bajar casi nunca el pistón de calidad. Esta es otra de sus innumerables pruebas, uno de esos tanto mal considerados trabajos menores que no eran tal.
Junto a Hudson, la encantadora Donna Reed, que tan solo un año más tarde obtendría el Oscar a la mejor actriz secundaria por su magnífica y delicada interpretación de prostituta –encubierta en el doblaje español- en la mítica DE AQUÍ A LA ETERNIDAD. No pierdan ripio tampoco de las breves apariciones de un incipiente Lee Marvin o ese indispensable característico que fue Neville Brand, especializado en personajes sinuosos, torvos y escarpados.
Claro que para escarpados, abruptos y agrestes los bellísimos escenarios naturales en los que fue rodada, las rocas rojas de Sidona en Arizona.
Y algo más que hoy en día no podrá ser adecuadamente apreciado y que supuso una apuesta rústica todavía en su momento, como es el hecho de que fuera filmada en 3D, por el cual serpientes de cascabel, troncos o rocas acaban adquiriendo en pantalla un primer término inusual.
Verdaderamente disfrutable, sobre todo para quienes sean amantes de este cine clásico periclitado que, además, goza de la virtud de contarlo todo intachablemente en tan solo 80 minutos.
José Luis Vázquez
