Director: J. Lee Thompson
Intérpretes: Charles Bronson, Lisa Eilbacher, Andrew Stevens, Gene Davis, Geoffrey Lewis, Wilford Brimley, Robert F. Lyons, Bert Williams
Sinopsis: Leo Kessler (Bronson) es un cínico policía de Los Ángeles que le sigue la pista a Warren Stacey (Gene Davis), un maníaco homicida que se desquita de las mujeres que lo rechazan asesinándolas. Cuando Stacey es puesto en libertad, Kessler se encarga de crear pruebas suficientes para encerrarlo de por vida.
Este lunes 13 de octubre a las 22:00 h. en Paramount.
Inspirado en famosos asesinos en serie como Richard Speck o el algo más popular –gracias al cine- Ted Bundy, el ficticio propuesto en este thriller ochentero, el sádico y nudista Warren Stacy, se revela como uno de los grandes aciertos de este buen policíaco dirigido competentemente por el –como mínimo- casi siempre eficaz J. Lee Thompson.
Un Lee Thompson que en el pasado nos había ofrecido, sobre todo en la década de los 60, grandes trabajos como EL CABO DEL TERROR, EL OJO DEL DIABLO, TARAS BULBA, LOS CAÑONES DE NAVARONE, EL ORO DE McKENNA o LOS REYES DEL SOL. Y que en 1976 iniciaría una colaboración con Charles Bronson que se prolongaría en nueve títulos más, siendo AL FILO DE LA MEDIANOCHE el tercero –cuarto contando ese comienzo- de ellos. Sin duda, constituye uno de los más destacables, aunque particularmente me quede con los subvalorados LA LEY DE MURPHY, JUSTICIA SALVAJE y KINJITE, todos pertenecientes ya a la última etapa de ambos respetados profesionales.
Pero tengo que matizar, en lo argumental, en lo más sustancial comprobarán que resulta de lo más predecible, pues no viene sino a ser otra de tantas vueltas de tuercas al tema del vengador justiciero, personaje al que encarnara en tantas ocasiones al hierático actor del bigote.
Lo que la hace destacable y la redime finalmente es la amenidad narrativa con la que el director resuelve esta crónica violenta, la solvencia sintética con la que están resueltos unos asesinatos plagados de sangre que el montaje atenúa adecuadamente o la reluciente fotografía nocturna de Adam Greenberg. Cuenta con algunos otros aspectos positivos.
En el apartado interpretativo, Bronson aparte en el sempiterno papel –una excepción sería la extraordinaria TELÉFONO de Don Siegel- que le acompañaría en el último y alargado tramo de su carrera (es el teniente de homicidios de Los Ángeles Leo Kessler), destacar secundarios tan eficaces como Geoffrey Lewis (habitual por entonces en el cine de Eastwood, padre de Juliette Lewis) y Gene Davis (hermano de Brad Davis el que fuera protagonista de EL EXPRESO DE MEDIANOCHE) como el psicópata Warren Stacy
Su secuencia final pone un broche estimable al asunto, despliega las necesarias dosis de angustia y cierto pavor pese a que se intuya lo que va a pasar.
José Luis Vázquez