Director: Nick Willing
Intérpretes: Edward Burns, Jennifer Ehle, John Kapelos, Rachelle Lefevre, Sean McCann, Thomas Gibson, Jamie Thomas King, David Gibson McLean, Jonathan Malen, Sean McCann
Sinopsis: Abel Grey (Edward Burns), agente de policía de una pequeña ciudad, investiga la muerte por ahogamiento de August Pierce (Thomas Gibson), alumno de una exclusiva escuela privada. Por temor al escándalo, el centro educativo insiste en que se trata de un suicidio. Sin embargo, Abel descubre a través de Carlin (Rachelle Lefevre), la única amiga que el chico tenía en la escuela, que August era víctima de acoso escolar, y que el acosador era Harry (Jamie King), otro estudiante con quien Carlin había salido en alguna ocasión. Abel sospecha que la iniciación escolar del joven fallecido tuvo unos resultados inesperadamente horribles, y solicita la ayuda de la profesora de fotografía, Betsy (Jennifer Ehle), quien cree que el espíritu del muchacho va dejando pistas. A medida que Abel profundiza en su investigación, descubre un mundo de corrupción y tapaderas, y deberá enfrentarse a la verdad acerca de sí mismo...
Este viernes 21 de marzo a las 22:20 h. en La 2.
Esta coproducción británico-canadiense pasó desapercibida en el momento de su estreno, hace ya casi diez años, al menos en la cartelera española. Pero no me parece un título a desconsiderar y a que no se le preste alguna atención.
Pese a contar con una realización no especialmente distinguida –sus aciertos proceden más de cuestiones interpretativas o ambientales-, que alterna en algunos momentos cierto nervio, sobre todo al comienzo, con otros en los que la invade la rutina y la blandenguería, de corte televisivo, algo que no tiene por qué resultar peyorativo pese a la connotación habitual con que suele utilizarse el término, pero bien pese a todo ello, no deja de ser una curiosa historia de intrigas, corruptelas, asesinatos, agentes de policías, adolescentes, residencias elitistas, aguas heladas y atmósfera igualmente gélida.
Va de más a menos y todo aquello que nos es mostrado bajo un clima amenazador e inquietante, acaba dando paso a la rutina, el apelmazamiento y cierta atonía formal y narrativa.
El guión no sorprende en exceso, juega con frases harto conocidas y resulta demasiado convencional.
Nick Willing, su director, hijo de la pintora portuguesa Paula Rego y del artista inglés Victor Willing, nos regaló en 1997 a algunos buenos aficionados una exitosa y personal aproximación al mundo de la fotografía, los sentimientos y la fantasía en abstracto, titulada FOTOGRAFIANDO HADAS.
De ritmo apacible, mantiene una adecuada intriga durante buena parte de su metraje pese a un desenlace no especialmente memorable y a que finalmente acabe dejando un frío regusto.
Está protagonizada por el actor (SALVAR AL SOLDADO RYAN), cineasta (LOS HERMANOS McMULLEN, ELLA ES ÚNICA) y guionista de cine independiente Edward Burns con escasa chicha y vigor.
José Luis Vázquez