Director: Víctor Erice
Intérpretes: Omero Antonutti, Sonsoles Aranguren, Icíar Bollaín, Lola Cardona, Rafaela Aparicio, Germaine Montero, Aurore Clement, María Caro, Francisco Merino, José Vivo
Sinopsis: "La Gaviota" es una casa con veleta situada a las afueras de una ciudad del norte de España. En ella viven Agustín, médico y zahorí, su mujer Julia, maestra represaliada durante la Guerra Civil, y Estrella, la hija de ambos. Estrella recorrerá el camino desde la infancia hasta la adolescencia sospechando que hay algo oculto en la vida de su querido padre: otra mujer. A medida que Estrella va sabiendo más, la vida en "La Gaviota" empieza a cambiar
Este jueves 4 de junio a las 22:00 h. en La 2.
Hay películas, verdaderas obras maestras, a las que les sienta de perlas que lo que evocan no aparezca. Sucedía con REBECA y esa señora De Winter, con la primera mitad de LAURA y sucede con EL SUR, para mí y pese a la enorme calidad de EL ESPÍRITU DE LA COLMENA, la gran gema de su autor, Víctor Erice… Pues aquí parece que se impone más hablar de esa horrible y petulante palabreja, autor, porque claro ya me dirán, y qué es sino igualmente José Luis Alcaine al cargo de esa fotografía grisácea que capta tan primorosamente la belleza sombría de personajes o ambientes, o el montador Pablo G. del Amo, un referente de nuestro cine, que aquí nos regala un trabajo cadencioso y pausado, a tono con el relato, por cierto basado en un relato de Adelaida García Morales, a la sazón pareja del director.
Diez años nos hizo esperar el señor Erice, pero bien valieron la pena, para ofrecernos la que para mí es, ya ha quedado dicho, el gran monumento de su brevísima pero apasionante carrera.
Bañada en unas imágenes mortecinas pero de enorme belleza, Erice entre susurros, silencios y sugerencias nos cuenta y habla de muchas cosas. De la necesidad de poner luz a nuestras vidas, de frustraciones ahogada, de represiones, de asfixiantes soledades, de matrimonios insoportables, de la memoria, de la falta de aire metafóricamente respirable, del descubrimiento de la vida, de secretos que van cayendo como hojas de otoño.
Y perenne, está en todo momento ese Sur catártico y liberador que precisamente porque no se acaba de palpar, deseamos llegar a él con más desesperación aún y anhelo. Y que no lo vemos por aquellos malajes de la industria y de sus responsables, pues su creador y el productor Elías Querejeta tuvieron sus más por encima de sus menos y esa segunda parte, esa explosión de luz prevista rodar en Carmona se cancelaría definitivamente para mal… o para bien. Desde luego si tengo que fiarme por el resultado final… muy para bien, pero eso no era precisamente lo previsto.
El caso es que con ese referente geográfico o no en lontananza, una adolescente Icíar Bollaín como la niña Estrella y un sobrecogedor en su quietud y escasa locuacidad Omero Antonutti, ese zahorí que descubre agua y averigua el sexo de su hija, llevan a cabo unos trabajos imponentes. Ambos, con la inestimable complicidad del maestro de ceremonias, nos regalan una secuencia imposible de olvidar, con música de fondo de un pasodoble muy nuestro, muy alegre, pero aquí símbolo de una despedida que deja el corazón maltrecho, la despedida de los eternos perdedores, de los represaliados por regímenes totalitarios y por sociedades hipócritas y oscurantistas… ¡qué más da cual sea su signo!
Me preguntaron hace poco a través del facebook que cuales eran mis 5 o 6 títulos autóctonos favoritos de todos los tiempos, y aunque estos listados a veces pueden variar un tanto, según en el momento de tu vida en que te pillen o los establezcas, no vacilé un instante: PLÁCIDO, CALABUCH, EL CEBO, EL EXTRAÑO VIAJE, LA TÍA TULA… y por supuesto, EL SUR.
Es una película que me atrapa en su tela de araña, que con cada nuevo visionado más se me incrusta en el alma. Este cine español sí lo reivindicaré siempre, hasta mi último aliento.
José Luis Vázquez