Director: Mario Camus
Intérpretes: Raphael, María José Alfonso, Marisa Aroca, Mari Paz Ballesteros, Mercedes Carrasco, Concha Gómez Conde, Montserrat Julió, Ricardo Lucia, José Martín, Raúl Matas, Ángel Menéndez, Carlos Otero, Erasmo Pascual, Margaret B. Peters
Sinopsis: Después de una gira sin éxito por España con una compañía de variedades, el cantante Raphael decide ir a Madrid para triunfar en el mundo discográfico. Al principio vive en un ambiente bohemio rodeado de toda clase de artistas que, como él, sueñan con el éxito. Un día, canta en un programa radiofónico para amas de casa, y allí conoce a Lina, una famosa periodista que se interesa por él y que cambiará su destino.
Este sábado 14 de septiembre a las 19:00 h. en La 1.
Supongo que quienes se hayan tomado la molestia de acercarse a leer esta crítica y comprobado la calificación otorgada, tal vez en un considerable porcentaje, muchos se hayan quedado de piedra o llevado las manos a la cabeza. Les aseguro que no es pose, es convicción y de la buena. Me explicaré.
Puedo entender la extrañeza que les haya invadido por lo que consideren tan alta puntuación a una típica producción española con cantante de los 60, pero tengo la impresión que a veces la pereza se apodera de muchos de mis colegas y se despachan las películas con prejuicios.
También he de matizar que creo que mi admiración y devoción por el formidable –mi cantante español preferido de todos los tiempos- Miguel Martos Sánchez, Raphael, también tenga algo que ver en ello, aunque matizo que no me ha ocurrido con otros trabajos suyos.
El caso es que esta primera de las tres (añadan AL PONERSE EL SOL y DIGAN LO QUE DIGAN) colaboraciones del gran cineasta cántabro Mario Camus (LOS SANTOS INOCENTES, LA COLMENA, LOS DÍAS DEL PASADO) con el Niño de Linares, me parece un trabajo de muy respetable agilidad narrativa, que abraza sin sonrojo los códigos del mejor folletín, o mejor aún, del melodrama en el mejor estilo del maestro Douglas Sirk.
Se nota perfectamente la cinefilia de los cuatro guionistas encargados de su construcción, entre ellos el propio Camus, tanto a la hora de utilizar claves probadamente eficaces o la destreza con la que fue planificada visualmente esa leve pero atractiva historia de desoladores amores de juventud.
Y de la misma forma que puede que a mí me condicione lo anteriormente expuesto para mi filia, puede igualmente que de la misma manera, los prejuicios previos constituyan un lastre. Evidentemente, parte fundamental de mi disfrute son los diversos números musicales de corte estrictamente cantable que salpican su trama. No olvidemos que este vehículo estaba planteado principalmente para su lucimiento canoro. Eso sí, al chico no le pidan contención gestual.
Entre los amplios temas que conforman su banda sonora, destacar CUANDO TÚ NO ESTÁS, YO SOY AQUÉL, ESTUVE ENAMORADO, YO NO TENGO A NADIE, EL TORERO o LA CANCIÓN DEL TRABAJO.
Lo que sí era norma en sus trabajos para el cine (11 en total, 8 como protagonista) es que llevaran el título de sus temas de éxito. El argumento, nada original y recurrente, el meteórico ascenso vía casas discográficas del artista, insisto, está dotado de un tratamiento más que solvente y plenamente disfrutable para fans irredentos.
Y oigan, si no les convencen mis explicaciones, piensen que un desbarre lo puede tener cualquiera. Ya saben, esto del Séptimo Arte es una cuestión muy personal.
José Luis Vázquez