Cultura en Tiempos de Crisis

Ojos de fuego (1984)

Director: Mark L. Lester

Intérpretes: Drew Barrymore, David Keith, Freddie Jones, Heather Locklear, Martin Sheen, George C. Scott, Louise Fletcher, Moses Gunn, Antonio Fargas, Art Carney

Sinopsis: Drew Barrymore interpreta a una niña de ocho años que está dotada con un poder sobrenatural que le permite provocar incendios con la mente. Esta imparable y peligrosa habilidad fue adquirida por la niña a raíz de un experimento respaldado por el gobierno de los Estados Unidos, que buscan explotar como un arma secreta los poderes de la pequeña.

Crítica de José Luis Vázquez

Este lunes 11 de agosto a las 20:00 h. en La Sexta 3. Mediada la década de los 80, el cine de terror e intriga estadounidense vivía una época en la que se nutría a menudo de argumentos del inevitable y respetable Stephen King. OJOS DE FUEGO (FIRESTARTER) fue uno de esos títulos, ni mejor (entre estos figuran CARRIE, EL RESPLANDOR o la insólita y formidable CUENTA CONMIGO) ni peor que otros, solvente en lo profesional y entretenido.  

Su director Mark L. Lester, no confundir con el protagonista del oscarizado musical OLIVER, nunca consiguió trabajos de especial relevancia, todo lo contrario, más bien medianías, siendo éste tal vez el más destacado de toda su carrera.  

Una ya popular Drew Barrymore, tres años después de su intervención en la rompetaquillas E. T. EL EXTRATERRESTRE, es una cría de ocho años con piroquinesis, poderes sobrenaturales capaces de provocar incendios con la mente. En este caso, resultado de un  experimento  llevado a cabo por una extraña organización vinculada al gobierno estadounidense.  

La historia se centra en la huída de la pequeña y su padre de sus fauces. Están adecuadamente expuestos los temores que le sobrevienen cada vez que hace uso de esta singularidad.  

Hubiera sido deseable un mejor guión por parte de Stanley Mann, menos arbitrario y más rico en contenido dramático, aspecto éste que sí figuraba en el original de partida. Tampoco la dirección de Lester es un dechado de sutileza precisamente, aunque sí en cambio resulte eficaz.  

No tiene un desenlace del todo acorde con las expectativas generadas por su trama, su resolución es convencional, pero cuenta con la participación del espléndido George C. Scott, actor capaz de conferir credibilidad al personaje más imposible. Le acompañan Martin Sheen o Louise Fletcher, la inolvidable y perversa enfermera Ratched de ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO, en un cometido secundario.  

José Luis Vázquez