Director: Richard Brooks
Intérpretes: Gene Hackman, Candice Bergen, James Coburn, Ben Johnson, Ian Bannen, Jan-Michael Vincent, Robert Donner, Jean Willes
Sinopsis: Una carrera de caballos de 700 millas, a través de varios estados americanos, concentra un gran interés y muchas apuestas en toda la nación. Participan en la competición nueve personas muy diferentes que se enfrentarán a una de las más duras y apasionantes experiencias de su vida.
Tras LA ÚLTIMA CACERÍA -1956- y LOS PROFESIONALES -1966-, tercer, genial y último western del recio, rotundo y espléndido cineasta estadounidense Richard Brooks. Uno por década y con intervalos de prácticamente diez años, pues MUERDE LA BALA (BITE THE BULLET) está fechado en 1975.
En esta ocasión el leiv motiv de su argumento no es esa última cacería de búfalos emprendida por expertos y opuestos cazadores o el rescate de ninguna esposa de terrateniente yanqui por parte de mercenarios que habían vivido la revolución, sino una espectacular, épica y agotadora carrera de caballos de 700 millas por montañas, valles y desiertos de varios estados norteamericanos a comienzos del siglo XX, cuando el Oeste tal y como se había entendido comenzaba a quedarse atrás y estaba dando paso a una civilización de “triunfadores”.
Rebosa la vitalidad, la energía y también el dorado crepúsculo de la que estaban teñidas sus anteriores experiencias en el género.
No deja de ser un homenaje a un elemento indispensable de aquella época a punto de extinguirse, a los equinos, sin los cuales tantas y tantas gestas no hubieran sido posibles.
También constituye un magnífico retrato de personajes, sobre todo en lo referido a sus dos protagonistas masculinos, James Coburn y ese altruista, pro animalista y humanista pese a la utilización de la violencia Gene Hackman. Candice Bergen es una sensual aportación femenina. El imprescindible y glorioso secundario Ben Johnson, poco después de su inolvidable aparición en THE LAST PICTURE SHOW, protagoniza un bello y trágico momento. Por ahí asoma igualmente la nariz Jan-Michael Vincent, una promesa truncada pero que por entonces nos regalaría algún papel tan interesante como éste o el del surfista legendario y cansado de EL GRAN MIÉRCOLES.
Recibió dos entendibles nominaciones a los Oscar, por su irreprochable sonido y por la banda sonora del veterano y experto Alex North (ESPARTACO). Tampoco hubiera estado de más haberse acordado del fotógrafo Harry Stradling, que llevó a cabo un excelente trabajo de tonos ocres y terrosos.
Desprende una melancolía y una rugiente tristeza que la convierten en especialmente grata, evocadora e irresistible. Todo un canto a la amistad y a los viejos tiempos creado desde la sinceridad, la autenticidad y alejado de cualquier atisbo de ñoñería o autocomplacencia. Un trabajo que sin dejar de ser clásico en ningún instante, se sale de cánones establecidos.
Un hermoso y desencantado tributo al western poblado por “outsiders” y todo tipo de personajes desencantados, cuyo epílogo resulta memorable.
José Luis Vázquez