Director: Mike Mitchell
Intérpretes: Animación
Sinopsis: Conocidos por sus pelos de colores, locos y mágicos, los Trolls son las criaturas más felices y alegres que irrumpen en el mundo de la canción. Pero su mundo de arco iris y cupcakes cambiará para siempre cuando su líder Poppy (Anna Kendrick) debe embarcarse en una misión de rescate que la llevará muy lejos del único mundo que siempre ha conocido.
Bien pudiera ser el contratipo de PESADILLA ANTES DE NAVIDAD en mucho menos genial, aunque ambas finalmente, acaben compartiendo, cada una a su manera, una jubilosa manera de concebir la existencia.
Empacho para muchos, para otros, como mi caso, un empacho relativamente saludable, que hace un ensalzamiento, a la antigua usanza, de la felicidad a través de la sencillez. Sencillo son sus personajes pero también marchosos, simpáticos, divertidos y optimistas. Cantar, bailar, abrazarse y alejar la tristeza se convierten en sus lemas y actitudes esenciales para combatir la tristeza y el mal humor de la vida. De hecho, por momentos, podría ser considerado un auto manual de ayuda para los más pequeños… sin descuidar del todo en sus chutes cuasi lisérgicos a los más adultos.
Basada en una línea de juguetería que se remonta a los 60, varias características de su época han sido contenidas en su esencia: esa desinhibición por parte de los personajes, esos colores chillones casi de fumeta, ese buen rollo y búsqueda de la paz con nosotros mismos…
No dejan de ser un trasunto o una combinación de muchas influencias, desde las más recientes que suponen los Boxtrolls, a las algo más alejadas en el tiempo, tampoco tanto, como son los Pitufos, unos azulones eso sí un tanto alucinógenos y de pelo erizado.
Lo que desde luego no tiene nada de desperdicio es esa banda sonora reciclable de hits de un pasado relativamente remoto, salvo una incrustación de hacer la selección, convenientemente versionada, Justin Timberlake. Temas como TRUE COLORS o el CAN´T STOP THE FEELING del propio cantante cobran una nueva dimensión en pantalla. Por ahí suenan igualmente ecos y acordes de temas de Cyndi Lauper, Lionel Richie, Eart, Wind & Fire y Simon & Garfunkel entre otros.
Su productora, Dreamworks, continúa re(animando) y confiriéndoles otro carácter a seres de ancestral mal carácter: ogros, dragones y ahora estos peludos seres procedentes del acervo escandinavo.
Un buen entretenimiento para la familia que no resulta un suplicio para los más mayores y adustos, digno, decente, rumbero y, por momentos, contagiosamente optimista.
José Luis Vázquez