Director: Jake Szymanski
Intérpretes: Zac Efron, Anna Kendrick, Adam DeVine, Aubrey Plaza, Stephen Root, Sam Richardson, Alice Wetterlund, Sugar Lyn Beard
Sinopsis: Dos hermanos fiesteros ponen un anuncio en Internet para encontrar citas para una boda que tienen en Hawaii. Las dos elegidas resultarán ser dos chicas totalmente incontrolables.
Si este es un exponente, otro más, de la tendencia experimentada por la comedia norteamericana de estos últimos años, vuelve a suponer la demostración, la medida del grado de estulticia que la misma ha alcanzado en un buen porcentaje. Tontorronas o bobaliconas las han parido siempre, en mucha menor medida desde luego, ya no les cuento en otros lugares, a lo largo de la historia, pero al menos las que tiraban antaño de humor blanco no me resultaban tan irritantes como tantas de estas zafias muestras actuales.
Escucho risas durante la proyección de los pocos espectadores, todos jóvenes, que han tenido el atrevimiento de pagar la entrada. Supongo que son la respuesta a lo que sabían perfectamente que iban a ver y parece no defraudarles. En mi descargo indicar que también sabía en lo que me metía, pero no me quedaba más remedio por aquello de la obligación, del prurito profesional.
Curiosamente leo una valoración positiva por parte de muchos de mis colegas valorarla positivamente. Está claro que mi declive se aproxima, o que comienzo a ser una reliquia de otros tiempos, algo que sinceramente, no me preocupa.
Por ejemplo, Jordan Hoffman del prestigioso The Guardian ha escrito que es “una forma inteligente de hacer una comedia tonta”. Leyéndolo tengo claro que algo, seguramente bastante, se me escapa acerca de esta completa idiotez. Por supuesto, el descalificativo que acabo de utilizar tan poco sutil y casi a la altura de lo padecido (una manera como cualquier otra de mimetizarme con esta nadería) no va destinado a sus responsables sino a su obra, algo que casi no haría falta matizar. Ni aunque los conociera y salvo que dispusiera de argumentos personales, no creo que jamás me dirigiera así a alguien que trata de ganarse la vida haciendo lo que les gusta, tal como es mi caso comentando su trabajo.
Notarán que han pasado ya tres párrafos y lo que es de la película no comento nada. Deduzcan ustedes mismos. Alguna cosilla sí puedo indicar. Qué la gracia de Zac Efron no la encuentro por ningún lado, que lamento que la atractiva Anna Kendrick (en cartelera también con su apreciable y breve aparición en EL CONTABLE) pasee por aquí su palmito y desenvoltura, que su ingenio brilla por su ausencia, que me parece un subproducto de lo más descerebrado…
Toda su supuesta gracia estriba en algunos apuntes escatológicos, otros de golpetazos físicos cuanto más sádicos mejor y unos chistecillos sexuales que provocarían vergüenza ajena casi a los Esteso y Pajares de los 70, lo cual ya es decir, dado el efecto anestésico que solían producirme sus engendros. Parece una competición a ver quién resulta más soez, más bestia y más salvajemente ruidoso. Un desperdicio, vaya.
Para quienes sean afectos a los datos, señalar que ha supuesto el debut en la gran pantalla del director televisivo Jake Szymanski (nada especialmente destacable en su haber… que yo conozca). Si lo que va a seguir ofreciendo en el futuro responde a estos cánones, no pasa nada porque continúe su tarea en la competidora hermana, lugar donde se lleva a cabo una buena parte del mejor cine fabricado hoy en día.
Necesito urgentemente acudir a mi dvdteca y a youtube para repasar las escenas de algunos clásicos de los de antes, por ejemplo ese Cary Grant persiguiendo a un chucho en LA FIERA DE MI NIÑA, Peter Sellers dinamitando sin querer una ciudad de atrezzo en EL GUATEQUE, el baile de disfraces del final de LA PANTERA ROSA, Jack Lemmon bailando con Joe E. Brown en CON FALDAS Y A LO LOCO, los Hermanos Marx montándola parda entre bambalinas en UNA NOCHE EN LA ÓPERA, Marty Feldman cambiando de joroba en EL JOVENCITO FRANKENSTEIN, ya saben, esas “anticuadas tonterías” que a muchos veteranos otorgaron sentido cinéfilo a nuestras vidas…
Igual producciones como la que me ocupa se lo otorguen a unas actuales generaciones que tal vez desdeñen los ejemplos expuestos, o que tal vez participen por igual de los de ambos. Al fin y al cabo todo es cuestión de gustos… y estos son intransferibles de cada uno.
José Luis Vázquez