Cultura en Tiempos de Crisis

Trance (2013)

Director: Danny Boyle

Intérpretes: James McAvoy, Vincent Cassel, Rosario Dawson, Tuppence Middleton, Danny Sapani, Wahab Sheikh, Lee Nicholas Harris, Ben Cura, Gioacchino Jim Cuffaro, Hamza Jeetooa

Sinopsis: Simon (James McAvoy), un empleado de una casa de subastas, se asocia con una banda criminal para robar una valiosa obra de arte. Pero, tras recibir un golpe en la cabeza durante el atraco, descubre, al despertarse, que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando ni las amenazas ni la tortura física logran arrancarle ninguna respuesta, el jefe de la banda (Vincent Cassel) contrata a una hipnoterapeuta (Rosario Dawson) para que le ayude a recordar.

Crítica de José Luis Vázquez

Puedo llegar a admitir que TRANCE presenta tres aspectos positivos: su buen gusto para la selección de temas musicales, su brillantez visual y la sensual Rosario Dawson. ¿Todo esto para qué? En esta ocasión para nada, no me vale. Ya saben esto del cine y de los gustos es muy relativo. Lo que en otra película serviría para que el saldo me resultara aceptable, aquí me acaba resultando estéril, baldío.  

Es cine huero, de muchas pretensiones y petulancia, pero que, definitivamente, a los poquísimos minutos me acaba provocando hartazgo mareo y muchísimo aburrimiento. Es absurdamente retorcida y artificiosa. Comienzo a hacerme mayor y quiero que las cosas me las cuenten clarito, por mucho que al final aquí traten de darnos una explicación más o menos viable, o algo más mascada.  

Pero en ningún momento me acaban de preocupar o engancharme las peripecias modernillas y supuestamente originales de sus protagonistas. El estilo rebuscado y efectista del en otros momentos inspirado –SLUMDOG MILLIONAIRE- Danny Boyle resulta aquí un tanto vacío.  

Y sí, supongo que hay una profunda y visionaria trastienda argumental de la que no logro a advertir su profundo y trascendente alcance. Me marean demasiado sus imágenes y, paradójicamente, no logro ver la luz.  

Sus giros argumentales, curvas, frenados, acelerones y rasantes me dejan perplejo, hundido en la butaca, provocándome el hartazgo.  

Eso sí, cuando aparece esa preciosa mujer llamada Rosario Dawson la pantalla abrasa, quema… menudo tirón físico tiene esta mujer. Los dos chicos, bueno, brujulean en torno a ella, se aturden, pierden el control. No me extraña pero no me provocan empatía de ningún tipo, ni tan siquiera de rechazo, la indiferencia se apodera de mí con sus ruidosas tribulaciones.  

Al final, cuando salgo de la sala, estoy deseando ver en casa por enésima vez RETORNO AL PASADO, FORAJIDOS o PERDICIÓN, no había tanta tralla visual, pero hay que ver la maestría con la que estaban narradas.  

En fin, ustedes verán, ustedes mismos. Para no ser injusto del todo, les informo que a varios de mis prestigiosos colegas les ha arrebatado, fíense mejor de ellos, yo me estoy volviendo muy decadente y biofosilizado.  

José Luis Vázquez