miercoles, 16 de julio

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Estreno en Royal City

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Regreso a casa ()

Director: Zhang Yimou

Intérpretes: Gong Li, Chen Daoming, Zhang Huiwen, Guo Tao, Yan Ni, Li Chun, Zhang Jiayi, Liu Peiqi, Ding Jiali, Xin Baiqing, Zu Feng, Chen Xiaoyi

Sinopsis: El preso político Lu Yanshi es liberado cuando termina la Revolución cultural. Cuando regresa a casa, descubre que su esposa sufre de amnesia; no lo reconoce y continúa esperando el retorno de su esposo sin darse cuenta de que está a su lado.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Anhelaba ver el penúltimo trabajo –el último, LA GRAN MURALLA, bajo pabellón USA y sobre el gran símbolo de su país, está pendiente de estreno- de Zhang Yimou. Vuelve a maravillarme en su, tan solo aparente, sencillez. Norteamericanos aparte, el chino es mi cineasta favorito actual del resto del mundo mundial. Supone un verdadero placer comprobar cómo este verdadero maestro del arte de narrar historias en imágenes continúa engrosando su portentosa filmografía.

Todavía recientes, tanto en mi recuerdo como en mis retinas, sus dos últimas propuestas, las bellísimas –y duras pese a sus delicadas maneras- LAS FLORES DE LA GUERRA y AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO, vuelve a dar un nuevo giro de estilo y propone esta vez una intimista y emotiva historia de amor, de intrahistoria, que en el fondo esconde un sutil retrato de los estragos causados en la sociedad, en las familias, por el detestable y devastador maoísmo. También de la necesaria reconciliación para que las heridas supuren menos.

Qué buen recurso el de la desmemoria o el de la amnesia para explicar los efectos demoledores de la represión de cualquier sistema sea en nombre de la ideología que sea, la comunista en este caso.

Yimou acude a la historia y a la delicadeza propia de una porcelana de la dinastía Ming para ejecutar un ejercicio de estilo depurado de todo artificio, salvo que por tal se pueda entender una sentimental banda sonora a golpe de piano, que inevitablemente me trae ecos de MILLION DOLLAR BABY y otras partituras similares concebidas/empleadas por Clint Eastwood. De hecho, la música vuelve a suponer todo un elemento sanador… o reparador.

No creo que este paralelismo establecido sea gratuito o afecte solamente al apartado musical, pues ambos creadores han llegado hace tiempo a un cénit artístico y personal que les permite resultar hondos, profundos, con escasos elementos interpretativos, formales y ambientales, haciendo de la contención plena virtud.

Va calando poquito a poco, como LOS PUENTES DE MADISON, va penetrando muy profundo, hasta llegar a un final en el que me doy cuenta que me han contado una historia de sentimientos, de amor generoso, desolador y entregado, como ya no se ve actualmente en una pantalla.

Recupera a su musa inicial, Gong Li (SORGO ROJO, SEMILLA DE CRISANTEMO, LA LINTERNA ROJA, QUI JU UNA MUJER CHINA), que a sus cincuenta años todavía conserva prácticamente intacta su belleza, aún en los momentos y las edades menos favorecedoras como las aquí propuestas, y que lleva a cabo una interpretación de una serena desesperación y esperanza. Zhang Huiwen y Chen Daoming, como ese marido no (re)conocido y la hija damnificada por el régimen, la secundan a gran nivel. Desde diferentes perspectivas, sus rostros contribuyen a dar sentido al drama.

Un ruego: paladéenla sin ansiedad, sin prisas, como esos brebajes o esos aromáticos cafés agridulces que se saborean al calor de una buena compañía, sin prisas, sin ansiedad, valorando el lento, y a veces feroz, transcurrir de la propia vida, condensados en 110 sensibles e imperceptibles minutos. 

José Luis Vázquez