viernes, 16 de mayo

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Estreno en Royal City

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Cazafantasmas ()

Director: Paul Feig

Intérpretes: Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Leslie Jones, Kate McKinnon, Cecily Strong, Chris Hemsworth, Andy Garcia, Michael Kenneth Williams, Neil Casey, Matt Walsh, Nate Corddry, Mark Burzenski, Pat Kiernan, Nick Austin, Bill Murray, Ernie Hudson, Sigourney Weaver

Sinopsis: Tercera aventura de los populares Cazafantasmas, que en esta ocasión presentará a cuatro cazafantasmas femeninas y no al equipo de las películas originales

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 1 estrellas

Debo dejar clara una cuestión de primeras. No reverencié precisamente el original,  la de hace poco más de treinta años, al contrario de lo que sucedió con la mayoría de mis amigos del momento. Me lo pasé relativamente bien, me gustó a secas, pero no es exactamente uno de mis referentes ochenteros. Por tanto acudía con ciertas reservas a esta remozada puesta en escena. Lo que ya no me esperaba es que me iba a resultar tan desafortunada.

Los seguidores habituales de esta sección puede que perciban que cada vez empleo menos expresiones técnicas y apelo más a los sentimientos provocados por lo que veo en pantalla, algo que suelo despachar con esos calificativos y epítetos marca de la casa. Creo que es más directo y más fácil de entender por parte de una mayoría. Aparte, eso me permite divagar sobre otras cuestiones generadas por el Séptimo Arte y durante el ya largo camino por la vida.

Esta cara producción me genera una nueva reflexión. Comprobar como con el paso de los años me siento más divergente de ciertos gustos populares –esta vez tan solo me voy a referir a los propiciados por la gran pantalla- al contrario de lo que me sucedía que en edades más mozas, que solía sentirme más identificado con la mayoría. Lo cual no me llevará a la trampa de pensar que lo “comercial” es criticable per se, porque nunca lo he creído ni lo creeré. Más bien todo lo contrario, la mayoría de mis películas favoritas han gozado del fervor de las masas. Lo expuesto no deja de ser un hecho que estoy experimentando.

Pero sí es cierto que ciertas tendencias actuales, dentro sobre todo del cine americano, comienzan a chirriarme un poco: Efectos especiales ostentosamente vacuos y aturdidoramente acumulativos, cacharrería visual, humor escatológico y facilón, personajes de una planicie mayor que el Serengueti, etcétera. De todos estos vicios o defectos, y algunos más, participa este insulso e innecesario “remake” que, seguramente, contará con el plácet de los más jóvenes… por aquello que la historia de la que parta tiene su relativa gracia y que ha sido adornada con el apabulle propio de estos tiempos. A mí me genera más bien lo contrario, rechazo, aburrimiento, pesadez gástrica.

El hecho de que sea protagonizada por mujeres en vez de por hombres, me da igual. Si con eso se dan por satisfechos/as quienes proclaman diversas reivindicaciones de las mujeres, me parece bien, pero mi causa primera es que la película me entre, me enganche, la disfrute, la haga quien la haga.

No es precisamente el mejor guión posible el elegido para que estas osadas heroínas muestren sus habilidades para cazar espectros o se luzcan con el nuevo y justo rol que están alcanzando las féminas también en este mundillo. Es perezoso, adolece de imaginación, es casi una copia calcada del de su antecesora. Y al no tener consistencia, es inevitable que me remueva en la butaca y comience a fijarme en detallitos tontos, que en otras circunstancias, no concedería importancia alguna. Como el hecho de que algunas de las osadas cazadoras eche la llave a las puertas… a quien es capaz de traspasarlas sin ningún tipo de problema.

Tal vez tampoco Paul Feig fuera el director idóneo. Como certeramente señala el colega Daniel Krauze, “es más de sketches que de cine”. Y añadiría… y que de genuina narrativa. Si además estos resultan tan burdos y manoseados como los mostrados, me quedo con que tan solo puedo salvar y con comillas, los lógicamente modernizados y ya mencionados efectos y con la entrevista para contratar como recepcionista al mismo Thor, es decir, a Chris Hemsworth. Ni tan siquiera los cameos de Bill Murray o Sigourney Weaver, o las breves apariciones de Andy Garcia o Charles Dance, consiguen insuflar de vida a este muermo que continúa acumulando muchos mocos verdes y fluido ectoplásmico.

Un petardo de mucho cuidado. Repito, sin constituir ningún logro especial, era más eficaz y divertida la versión de 1984. Bill Murray & company –Aykroyd, Ramis- me gustaron más, sin color.

José Luis Vázquez