Director: Jaume Collet-Serra
Intérpretes: Blake Lively, Óscar Jaenada, Brett Cullen, Sedona Legge
Sinopsis: Nancy (Blake Lively) es una joven que trata de superar la pérdida de su madre. Un día está haciendo surf en una playa solitaria cuando se queda atrapada en un islote a apenas unos metros de la costa y, aunque está a solo 100 metros de la salvación, para alcanzarla tendrá que tirar de todos sus recursos y su voluntad, pues un enorme tiburón blanco se interpone entre ella y la costa.
Debo reconocer que sentía bastante curiosidad por ver el séptimo largometraje de Jaume Collet-Serra, un director español, catalán para más señas (de Sant Iscle de Vallalta), afincado en los USA desde el comienzo de su carrera (estudió el oficio en Los Angeles) y especializado en genuino cine de género, desde el de más pura acción, el terror hasta el “thriller” con animalito, como es el caso de INFIERNO AZUL (THE SHALLOWS).
Si se contempla sin excesivos prejuicios, apelando al Séptimo Arte en su manifestación más noble y notablemente escapista y evasiva, como espectáculo de barraca de feria, puede que algunos se lo pasen tan sumamente bien como ha sido mi caso.
Sobre ataques de escualos es lo mejor que he visto hasta la fecha desde el impactante estreno –probablemente el iniciador de los “blockbuster” veraniegos cuando no se tenía conciencia de tales- en 1975 del excepcional TIBURÓN, y salvedad hecha del estupendo ORCA, LA BALLENA ASESINA, fechado dos años después al rebufo de aquél.
Casi constituye todo un ejercicio de cámara, virtuoso y aplicado, con reminiscencias existencialistas, en torno a una joven surfista que arrastra traumas familiares y que tiene que hacer frente en un paraje inhóspito a un enorme y empecinado tiburón (hay que ver, los trailers de hoy en día lo cuentan prácticamente todo, no hay derecho).
Pese a que la trama, o alguna situación, pudieran parecer de lo más disparatada, el director se encarga de salvar este pequeño escollo a base de una dirección enérgica y de una puesta en escena modélica. Sirva como ejemplo de esto último, el pasaje o el episodio alusivo al borracho en la playa, con ese plano de la botella que muestra su estado y esa conclusión finalmente explícita pero jugando previamente bazas propias del mejor clasicismo, sugiriendo el horror a través de lo que la protagonista oye y ve, y no recurriendo al gore nauseabundo. Inclusive juega perfectamente en la superior liga “spielbergiana” a la hora de aplicar recetas para enfrentarse a bichos de este mareante tonelaje.
También muestra una gran competencia en unas cuantas escenas de oleaje y surf dirigidas con mano experta, habilidad y maestría. Y eso que tenía como precedente las espléndidas rodadas por John Milius para esa obra maestra que es EL GRAN MIÉRCOLES.
Para mayor realce, la muy atractiva y elegante –aún estando en bikini- Blake Lively (a punto, el 25 de agosto, de cumplir 29 años), cotizada modelo y cada vez mejor actriz (recuerden que el año pasado casi por estas fechas la disfrutaba con la agradable EL SECRETO DE ADALINE), sostiene con el amparo de una cámara diestra, firme, que se mueve con pericia, casi todo el peso de su hora y media de metraje. No es moco de pavo tal despliegue. Espero impaciente su última aparición, bajo las órdenes de Woody Allen, en la muy alabada en Cannes CAFÉ SOCIETY.
Atención igualmente a la aparición en un pequeño papel del también español Óscar Jaenada, al que parece que su reciente encarnación de Cantinflas ha impregnado de un corte y confección mejicano que le viene que ni pintado a su personaje.
Todos y todo servido por un ritmo creciente y por un montaje entre publicitario y utilitario, que no hace sino contribuir a generar esa angustia buscada. Manteniendo en todo momento intriga y suspense por muy previsible que puedan resultarles lo que va a suceder en el siguiente plano. Esa es precisamente otra de sus gracias, o una virtud, pues siempre preferiré estos sólidos convencionalismos a pesadas y supuestamente innovadoras modernidades.
Hacía tiempo que no venía una serie B tan buena, terreno en el que suele desenvolverse a las mil maravillas Collet-Serra, aún manejando a veces presupuestos un poco más holgados de la baratura habitual con los que se suele desenvolver. No tengo más que dar un repaso a su filmografía completa, esos 6 títulos que preceden a éste, para comprobar lo coherente y admirable de su trayectoria.
Su debut se produjo con la recargada e inquietante LA CASA DE CERA (un respetable éxito de taquilla con la inefable Paris Hilton, lo único desechable), y a partir de ahí fueron llegando la que considero su aportación más discreta hasta la fecha, GOOOL 2: VIVIENDO EL SUEÑO, el sorprendente terror LA HUÉRFANA y tres vigorosos trabajos protagonizados por su actor fetiche, Liam Neeson, dentro del más genuino terreno del “thriller” de acción, SIN IDENTIDAD, NON-STOP (SIN ESCALAS) y el formidable UNA NOCHE PARA SOBREVIVIR. Un meritorio recorrido que no ha hecho sino irse consolidando paso a paso.
Un noble exponente de cine de entretenimiento puro, muy apto para estas refrescantes fechas.
José Luis Vázquez