sábado, 3 de mayo

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Estreno en Royal City

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Nuestros amantes ()

Director: Miguel Ángel Lamata

Intérpretes: Eduardo Noriega, Michelle Jenner, Fele Martínez, Amaia Salamanca, Gabino Diego, Jorge Usón, María José Moreno

Sinopsis: Carlos (Eduardo Noriega) es un escritor de guiones de cine de unos 40 años frustrado profesionalmente. Irene (Michelle Jenner) tiene 30 años y no tiene claro qué hacer con su vida. Sobre ellos aún planean las sombras de sus antiguas relaciones: María (Amaia Salamanca) y Jorge (Gabino Diego). Cuando Irene se encuentra con Carlos en una librería-café, sin conocerle de nada, se acerca a él y le propone un juego: convertir sus vidas anodinas en una aventura. Irene es una soñadora nata. Carlos ha olvidado cómo soñar. Juntos harán lo imposible por lograr ser felices. Sólo hay una norma: no enamorarse.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 3 estrellas

“Las mentiras siempre dicen la verdad” (Michelle Jenner)

“-Nunca olvido a una chica imposible de olvidar, -Esa es una buena frase final” (Eduardo Noriega y Michelle Jenner).      

 

El de la comedia romántica al estilo “made in USA” (en sus múltiples variantes, populacheras o intelectuales) no es un género que haya calado excesivamente o haya obtenido fortuna en el cine español. Al menos NUESTROS AMANTES es una esforzada intentona que no acaba cayendo en saco roto.

Es de lo más parecido al estilo del extraordinario cineasta estadounidense Richard Linklater (BOYHOOD), concretamente a la trilogía BEFORE… (ANTES DE…), que se haya filmado jamás por estos pagos, rociado con abundantes gotas “woodyallenianas” y aportaciones del tipo NOVIEMBRE DULCE pero sin enfermedades terminales por medio.

La receta aquí esgrimida, proveniente de tantos de esos antecedentes señalados es, aparentemente, tan solo aparentemente, sencilla: extensas conversaciones por escenarios  atractivos, pongamos en este caso una insólita y fascinante Zaragoza; unos diálogos conscientes de su ingenio, en ocasiones con fundamento para ello, otras no tanto; referencias cultas o literarias (Bukowski y Capote son las elegidas esta vez); una pareja de intérpretes desenfadados, con gancho, o un naturalismo presunta –y laboriosamente- espontáneo. Hay más características pero esta vez me impuesto sintetizarlas.

Pese a un arranque prometedor, de lo más esperanzador, la fórmula se acaba antojando un tanto repetitiva, innecesariamente alargada y un tanto desfalleciente en el tramo final. Aún así, el saldo es ligeramente positivo.

En cambio, está bien el registro utilizado por su guionista y director, Miguel Ángel Lamata (en el que constituye su cuarto trabajo tras las cámaras, UNA DE ZOMBIS, ISI & DIS ALTO VOLTAJE y TENSIÓN SEXUAL NO RESUELTA), ese no de frivolizar pero sí de relativizar los asuntos del amor. Sin meterme a algo que no soy ni por lo más remoto y por lo tanto no voy a jugar a ello, no deja de ser una postura frecuente en asuntos de esta índole al retratar este convulso y, a la vez, acomodado tiempo que nos está tocando en gracia. En el libreto también advierto guiños personales y auto ironía sobre ese eterno choque, esa eterna tensión para muchos creadores, entre cine comercial llena butacas en ocasiones a cualquier precio y ese otro más ambiciosamente intelectual.

Yendo al meollo del argumento, trata de lo de casi siempre dadas sus premisas, chica dejada por chico y al revés, chica encuentra a chico y vuelta a empezar con el boulevard –nunca mejor dicho- de los corazones rotos… que cantaría Sabina. Vuelve a incidir en algo que es santo y seña para lo más importante en la vida: no existe un manual de instrucciones para movernos, para tener hijos, o como es el caso para enamorarnos y conseguir que los vínculos no se rompan. Aunque si somos capaces de echarle humor, imaginación, entusiasmo, algo de azúcar y alguna dosis de sacarina, los sueños y las vivencias pueden volver a ser renovadas y estar de nuevo listos para tropezar, darnos trompazos  o tomar nota para encarar la siguiente relación.

Esta propuesta de love story con una Hada Chalada que no es tal y su equivalente masculino, muestra intermitentemente encanto y autocomplacencia. En parte por los buenos oficios de su ya mencionado director, de ese guión que tiene un pase y de una pareja que funciona bastante bien, un resolutivo Eduardo Noriega y una desenvuelta Michelle Jenner. Siempre me encanta ver en pantalla a esta preciosa mujer y actriz. Desprende ángel, belleza, gracilidad y saber estar.

Como agradable adorno, cuenta con un bonito tema musical del ecléctico y personalísimo Bunbury, titulado precisamente Hada Chalada. Se presentó con buena respuesta popular en la última edición del Festival de Málaga.

Grata. 

José Luis Vázquez