Director: Francesca Archibugi
Intérpretes: Micaela Ramazzotti, Valeria Golino, Alessandro Gassman, Luigi Lo Cascio, Rocco Papaleo
Sinopsis: Betta (Valeria Golino) y Sandro (Luigi Lo Cascio), un profesor universitario adicto a Twitter, invitan a cenar a Paolo, hermano de Betta, (Alessandro Gassman), a la bella Simona (Micaela Ramazzotti) y a un amigo de la infancia (Rocco Papaleo). Paolo hace una broma que supone un ataque a la corrección política imperante en el elegante apartamento: el niño que espera su mujer se llamará Benito, como Mussolini. El chascarrillo provoca una disputa que sacará a la luz viejos rencores y secretos. Remake del film francés "Le prénom" (El nombre).
EL NOMBRE DEL BAMBINO (IL NOME DEL FIGLIO) es una comedia que me procura un rato entretenido, sin grandes sorpresas, sin grandes pretensiones, pero eficaz en su cometido. Una de esas reuniones de amigos, en este caso cuarentones, que tan buen juego suele dar en la gran pantalla.
Remake italiano de la película francesa EL NOMBRE, a su vez adaptación de la obra teatral de los también galo Alexandre de la Patellière y Mathieu Delaporte, aguanta bien la comparativa con sus precedentes, los cuales tampoco constituyen ningún hito. Algún colega ha apuntado que desprende cierto sabor –ahora que ha fallecido recientemente resulta aún más oportuna la comparativa- con la espléndida LA TERRAZA de Ettore Scola.
Creo que le sienta bien no estar tan limitada a un único escenario, salir un poco más a la calle, o mejor dicho, acudir al pasado juvenil de los protagonistas mediante flash backs, los cuales complementan adecuadamente la trama principal acerca del nombre que una pareja quiere ponerle al hijo que pronto va a nacer.
La eficiente cineasta Francesca Archibugi (CUESTIÓN DE CORAZÓN) le confiere un tono afectuoso, cálido pese a los reproches, muy mediterráneo y de una amabilidad ocasionalmente punzante y que no tiene mayor alcance. Al fin y al cabo, una (auto) reflexión sobre nosotros mismos que nunca viene mal.
Un quinteto de buenos, de solventes actores aportan la frescura necesaria y una serie de ágiles y abundantes réplicas dentro de un continuo contexto coloquial, en el que estas acaban siendo una de las sales primordiales del conjunto. A destacar a la veterana pero todavía joven Valeria Golino y al vástago del gran Vittorio Gassman, Alessandro, como los dos hermanos.
Como su original, tira de un tonillo o registro propio de vodevil que no le sienta mal. Se ve fácil.
José Luis Vázquez