Director: Adam McKay
Intérpretes: Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling, John Magaro, Finn Wittrock, Brad Pitt, Hamish Linklater, Rafe Spall, Jeremy Strong, Marisa Tomei, Melissa Leo, Stanley Wong, Byron Mann, Tracy Letts, Karen Gillan, Max Greenfield, Margot Robbie, Selena Gomez, Richard Thaler, Anthony Bourdain
Sinopsis: Cuando cuatro tipos fuera del sistema descubren que los grandes bancos, los medios de comunicación y el gobierno se niegan a reconocer el colapso de la economía, tienen una idea: "La Gran Apuesta"… pero sus inversiones de riesgo les conducen al lado oscuro de la banca moderna, donde deben poner en duda todo y a todos... Adaptación del libro "La gran apuesta" de Michael Lewis, que reflexiona sobre la quiebra del sector inmobiliario norteamericano que originó la crisis económica mundial en 2008.
Me supone una gran decepción, aunque relativa, pues no sé porque me daba en la nariz que pese a lo bien avalada que venía y a sus 5 nominaciones al Oscar, entre ellas la de mejor película, me generaba de partida cierto repelús… y no me pregunten el por qué, pues las sensaciones son las sensaciones.
Menudo tostón esta producción estadounidense que parece querer ser la respuesta Paramount a la grandiosa EL LOBO DE WALL STREET, de hace dos años, o inclusive a la magnífica MARGIN CALL de de hace cuatro. Todas ellas tratantes, en primer o segundo plano, sobre la quiebra del sector inmobiliario que originaría la crisis económica mundial en 2008.
A los diez minutos ya me comienza a resultar insoportable, me pierdo entre el maremágnum de personajes, cifras y datos. No quiero ni puedo engañarles, admito mi antipatía hacia estos asuntos de tipo bursátil, de macro estadísticas, de jergas económicas o cuestiones similares.
Tal vez para los conocedores del tema, resulte un tanto didáctica, o hasta les parezca esquemática, pero a mí no me llegan a tocar ninguna fibra las rapiñas de esos codiciosos buitres, al contrario que sí lo hacían los niñatos que alardeaban en una terraza de un rascacielos de sus descapotables e ingresos, esos jóvenes bróker de la citada MARGIN CALL. Los de aquí no me generan ninguna emoción o sensación especial. Tanto la historia y el cómo está contada me provoca una gélida frialdad. Y ya no tanto porque sus personajes me resulten profundamente antipáticos –no se crean que me arrebata el STEVE JOBS de Boyle, no empatizo de modo alguno con él, sin embargo me engancha como me lo presentan-, sino porque están descritos con tal profusión de datos profesionales que no consigo embarcarme en la película en ningún momento.
Además, recursos como esos cameos de famosos o los de sus actores protagonistas dirigiéndose a la cámara, esta vez están utilizados de manera pretenciosa y bastante latosa. Rompen el ritmo, no me resultan nada originales y no me aportan nada, tan solo un exhibicionismo vacuo.
Y puede que sea una de las películas más rigurosas y con mayor información de todas las que se hayan filmado sobre la crisis, pero tampoco me descubre nada nuevo, más después del exceso de datos con que nos han aturdido en los últimos tiempos. Desconozco la veracidad de lo narrado, que seguramente será considerable, lo que sí tengo muy clarito es que me parece que está descrito de manera bastante atropellada, con una exhaustividad que me causa fatiga y me aburre muchísimo.
Es curioso, llevo dos años seguidos, algo bastante insólito en mi currículum, en los que al menos discrepo ostensiblemente con una de las producciones seleccionadas al Oscar a mejor película. El pasado con la gran triunfadora BIRDMAN (una hora magnífica, tres cuartos petulantes, aún así considero un gran director a Iñárritu y espero expectante su RENACIDO) y este con LA GRAN APUESTA. Me parece imperdonable que figure ésta y no la espléndida SICARIO, pero Dios me guarde de no respetar los criterios, por mucho que sean vituperados por tantos, de los Académicos hollywoodienses.
José Luis Vázquez