jueves, 12 de junio

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Estreno en Royal City

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Star wars: El despertar de la fuerza ()

Director: J. J. Abrams

Intérpretes: John Boyega, Daisy Ridley, Harrison Ford, Carrie Fisher, Mark Hamill, Oscar Isaac, Adam Driver, Gwendoline Christie, Lupita Nyong'o, Andy Serkis, Domhnall Gleeson, Max von Sydow, Anthony Daniels, Peter Mayhew, Maisie Richardson-Sellers, Kenny Baker, Katie Jarvis, Christina Chong, Simon Pegg, Miltos Yerolemou, Warwick Davis

Sinopsis: La séptima entrega de la saga Star Wars continuará 30 años después de "El retorno del Jedi", con Luke Skywalker intentando restablecer el orden en la galaxia mientras Leia y Han Solo trabajan con la Nueva República contra los restos del Imperio... El episodio VII fue confirmado en octubre de 2012, cuando Walt Disney Company compró LucasFilms por 4.000 millones de dólares.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Por fin he visto la anhelada y mercadotécnica STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA (STAR WARS. EPISODE VII: THE FORCE AWAKENS), el episodio séptimo, el primer capítulo de la tercera trilogía galáctica, la más incuestionable de la historia. Comienza la proyección, suenan las primeras fanfarrias, las inequívocas de Williams, aparece ese prólogo estelar de letras surgidas como el surco que deja una nave y es inevitable, muchos de mi quinta me entenderán perfectamente, que mi recuerdo se retrotraiga a casi cuarenta años atrás, a 1977, cuando asistí asombrado a la primera entrega de esta especial, muy especial space opera (personajes arquetipo de héroe-villano, argumentos versados en escenarios, batallas y viajes espaciales) cinematográfica. La emoción me embarga con suma facilidad, es como si volviera a recuperar un trozo de mi vida en la que asistir a una sala de cine suponía permanente ilusión, ir siempre cargado de la mejor voluntad e inocencia. Afortunadamente creo que nada de ello, o desde luego para nada del todo, se ha perdido en el camino.

Agradezco infinito al inteligente, más que capacitado, entregado y deslumbrante J. J. Abrams haber imprimido a la saga del aliento vital de aquélla primera experiencia, volver a conferirle buena parte de aquél tono épico, de esa mescolanza de géneros (aventuras, western, romanos) y títulos, desde ROBÍN DE LOS BOSQUES o BEN-HUR hasta LOS SIETE SAMURÁIS o LA FORTALEZA ESCONDIDA, ambas de Akira Kurosawa, respetar su universo e iconografía. Emprendió parejos procesos con idénticos y afortunados resultados artísticos con el cine de Spielberg a través de SUPER-8, con la mítica serie MISIÓN IMPOSIBLE vía una tercera parte para la gran pantalla modélica y torrencial, y con otra franquicia fundamental en la educación sentimental de tantísimos, a la que ha vuelto a catapultar, la de STAR TREK. Y así también con series de televisión, éstas sin antecedentes concretos previos, como ALIAS y PERDIDOS.

En todos los casos, y aquí igual, resulta muy atinada su apuesta, pues en vez de optar por resetear el asunto, lo que hace es ser fiel a los principios y a las constantes narrativas con las que surgió, sin renunciar por ello a un renovado vigor. De ahí que no solo puedan encontrarse con múltiples guiños a la primera entrega, sino con una estructura muy parecida en cuanto a ofrecer lugares, personajes y lances como los creados por Lucas aquella primera vez. Estos van desde un bar planetario en el que se dan cita todo tipo de especímenes, a la socarronería con más años en la mochila por parte de Harrison Ford, los inevitables duelos con espadas láser o ese ataque ya de manual de pequeñas naves rebeldes a la principal de las fuerzas oscuras.

En el camino se queda alguna cosilla, por ejemplo, la fuerza del malvado, la inquietud generada por Kylo Ren/Ben Solo (David Prowse poniendo la aparatosa fachada y James Earl Jones su atronadora voz) del reciclado Imperio, ahora denominado Primera Orden, se encuentra mucho más mermada y de menor empaque que la ofrecida por el jadeante, icónico, tenebroso y tremebundo Darth Vader (un "fashion" Adam Driver de penetrante voz... en el original), pero no es menos cierto  que algunas de las nuevas apariciones le confieren bríos renovados, como es el caso de esa intrépida y aguerrida chatarrera, encarnada con plena convicción por una –gratamente- sorprendente Daisy Ridley.También tengo la sensación que la solemnidad de la primera da aquí paso a una cierta y reconfortante ligereza, en la que el humor, a cargo sobre todo de Han Solo, está siempre presente.

Considero todo un acierto que el director-guionista Abrams, se haya nutrido de la sapiencia del (cuasi) fundacional colega en tareas literarias Lawrence Kasdan. Se nota que éste ama, más bien debería precisar que continúa amando a sus criaturas, a las de todo tipo, a las robóticas, a las humanas o a las más extravagantes. Las mima y hasta a la más significante le concede su importancia. Además está en posesión de las claves de sus principales constantes vitales, pues él constituyó una pieza importante en el armazón de su origen. Uno de los mayores placeres que he tenido cubriendo festivales fue conocerlo durante una edición del Festival de San Sebastián, cuando fue a presentar la injustamente no ponderada, o desde luego lo no suficientemente, MUMFORD: ALGO VA A CAMBIAR EN TU VIDA. Es, no se olvide, el responsable de las maravillosas FUEGO EN EL CUERPO, REENCUENTRO,  EL TURISTA ACCIDENTAL, SILVERADO, WYATT EARP, GRAND CANYON (EL ALMA DE LA CIDAD) o FRENCH KISS. No solo no me defraudó en absoluto, como puede suceder con algún otro, sino que me ratificó el considerable aprecio que tengo por su talento. Esta vuelva a ser otra prueba, de lo más constatable y palpable contemplando lo surgido en pantalla, de esa valoración por mi parte.

Personalismos o contribuciones concretas aparte, lo que tengo clarísimo que este título, toda la serie (pese a una bajada de interés debida a un empacho de digitalización en la segunda trilogía, la primera en orden cronológico), es un inmejorable exponente de ese Séptimo Arte concebido como espectáculo apoteósico y que sólo los norteamericanos saben hacer como nadie. A lo verdaderamente grande, apabullando en el mejor de los sentidos, pero sin renunciar a algo tan fundamental, por muy manoseado que puedan estar, a transmitir sentimientos, valores, grandes conceptos. Como la búsqueda de la propia dignidad, de la iniciativa personal, de respeto al diferente y la celebración del mestizaje, de la libertad individual y colectiva y de ese hurgar en lo mejor de nosotros mismos, sin descuidar jamás el sentido del humor con el que hacer frente a cualquier empresa.

Acontecimientos de este tipo y otros también más humildes como GRANDMA o DEUDA DE HONOR, o SICARIO,  o EL PUENTE DE LOS ESPÍAS, o tantos más, continúan haciéndome soñar y manteniendo viva la esperanza de que eso de ir, de reunirse ante un pantallón no se pueda extinguir jamás, o no a corto plazo al menos, de hecho confío en que no lo haga nunca. Es lo que tenemos los soñadores irredentos que pude que nos estrellemos siempre contra la terca realidad, pero que todavía no bajamos ni muchísimo menos la guardia y elevamos la llama del entusiasmo permanentemente elevada, sin apenas desmayo.

Espero que la energía y el entusiasmo que aquí exudan generosamente, nunca abandone a sus hacedores, permutados algunos, reafirmados otros, con el paso del tiempo. Mis más entusiastas, sinceras y sentidas gracias a todos ellos por mantener viva la llama de esta casi religión, o hermandad, o como diantres se prefiera denominar. Que la Fuerza y el Talento les acompañen durante el tiempo que sea menester. 

José Luis Vázquez