Director: Paul Weitz
Intérpretes: Lily Tomlin, Julia Garner, Marcia Gay Harden, Judy Greer, Laverne Cox, Sam Elliott, Elizabeth Peña, Nat Wolff, Sarah Burns, John Cho, Mo Aboul-Zelof, Skya Chanadet
Sinopsis: Elle acaba de romper con su novia Olive, cuando su nieta Sage aparece inesperadamente pidiéndole dinero con urgencia. Aún dolida por su ruptura sentimental, la abuela Elle y Sage pasarán todo el día intentando conseguir dinero visitando a antiguos amigos, lo que hará que comiencen a desvelarse secretos del pasado.
Una producción independiente norteamericana dirigida con gran tino por Paul Weitz (IN GOOD COMPANY/ALGO MÁS QUE UN JEFE, UN NIÑO GRANDE, LA VIDA DE FLYNN) y aún mejor interpretada por Lily Tomlin.
Ojalá el que viene sea el año de esta veterana -76 años- profesional estadounidense, de no excesivamente larga carrera cinematográfica, aunque sí extensa en el tiempo, pues comenzaría en 1975 con ni más ni menos una nominación al Oscar a la mejor secundaria por NASHVILLE (es la cantante de góspel enamorada del country man Keith Carradine), dirigida por su mentor Robert Altman… para el que volvería a plantarse ante su cámara con un pequeño papel en la brillante VIDAS CRUZADAS).
Pero Tomlin ha sido, preferentemente, una frecuentadora del mundillo teatral y televisivo. Activa militante gay es una mujer muy implicada en todos sus proyectos profesionales. En la gran pantalla aparte de por estos dos títulos ya citados –tres con el que me ocupa-, la pueden recordar por su intervención en ORANGE COUNTY, CÓMO ELIMINAR A SU JEFER o ENSALADA DE GEMELAS. Este personaje de grandma, de la sarcástica abuela Elle, descreída, de vuelta de tantas cosas, puede suponer su consagración a efectos de la Academia. Pero tampoco pasaría nada si no fuera así, pues en cualquier caso con él ha legado uno de los mejores personajes femeninos al cine de los últimos años. Está perfecta.
Constituye una de esas varias sorpresas “indie” que ofrece el cine norteamericano cada temporada. Recuerden, por ejemplo, THE VISITOR, BESTIAS DEL SUR SALVAJE, BOYHOOD, WHIPLASH y decenas más. Su director suele bascular entre este tipo de cine y el vulgarmente llamado comercial. Ejecuta un higiénico trabajo, se pone al servicio del alma de la función –Tomlin-, no trata de dar la nota sino resultar eficaz para el buen discurrir del relato, un relato casi mínimo pero de mucho calado, sintético y tremendamente revelador de la condición humana.
También en el debe de Weitz cabe achacar este meritorio guión políticamente incorrecto, que constituye todo un viaje al pasado de su protagonista sin abandonar el presente, que desprende mucha verdad. Trufado por diálogos resueltos, vivos, considerados hacia sus criaturas –desnortadas o no-, delicados dentro de su realismo alejado de cualquier veleidad ñoña o almibarada.
Esta “road movie” de no muchos kilómetros físicos recorridos, casi parece minimalista pero no lo es en lo principal, en lo que afecta a su corazón. Sin duda es de personajes, matizo leyendo a un colega, pero es fundamentalmente de actriz… ¡y qué actriz!
José Luis Vázquez