sábado, 5 de julio

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Estreno en Royal City

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Rebelde ()

Director: Kim Nguyen

Intérpretes: Rachel Mwanza, Alain Lino Mic Eli Bastien, Serge Kanyinda, Mizinga Mwinga, Ralph Prosper, Jean Kabuya, Jupiter Bokondji, Starlette Mathata, Alex Herabo, Dole Malalou, Karim Bamaraki, Sephora Françoise, Jonathan Kombe, Marie Dilou, Gauna Gau

Sinopsis: En un lugar del África subsahariana, Komana, una niña de catorce años, le cuenta al hijo que crece dentro de ella la historia de su vida durante la guerra. Todo empezó cuando, a los doce años, fue secuestrada por el ejército rebelde.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

La introducción de esta película resulta ejemplar, como toda ella, desde el primer segundo hasta el último. Pone perfectamente en situación, con crudeza, como terriblemente requiere el asunto, pero sin caer en ningún momento en el sensacionalismo.  

Cuenta la estremecedora, la sobrecogedora historia de una superviviente, de una niña soldado que le cuenta a su hijo nonato su brutal peripecia. Y sobre ello no cuento mucho más, para que sean ustedes quienes descubran el horror de esta admirable cría, y la esperanza también, contada por una dulce y penetrante voz en off.  

En su tercer largometraje, el guionista y director canadiense Kim Nguyen ha alcanzado pronto la cima. Amparándose en una magnífica fotografía de Nicolas Bolduc, nos sumerge en un puro infierno en vida, en un pavoroso fresco de niños militarizados en África pero lo hace sin renunciar a un sentido poético, a veces aterrador, y a memorables momentos de belleza, humor y magia.  

Una de las muchas aportaciones de REBELDE (WAR WITCH/REBELLE) es que no transmite el dolor desde el ruido y la furia,  desde la visualización ostentosa, o desde el tono gritón. Se agradece. Como ejemplo de ello, la secuencia de la mujer del carnicero y su pregunta.  

Convierte esa violencia, latente en todo momento, en algo rutinario, monótono, alejado de cualquier exhibicionismo pornográfico, grandilocuente o facilonamente efectista.  

Agradezco a Nguyen ese tono narrativo sobrio y documentalista que se gasta. A mí me engancha en todo momento. No ahorra el horror del viacrucis durante dos años de esa niña, pero lo hace con un evidente pudor.  Y consigue un magistral y raro equilibrio entre ese cine fantástico que fue el santo y seña del director al comienzo de su carrera, y la necesidad de ofrecer denuncia desde el conflicto interior del personaje principal, desde su tragedia personal.  

Desgrana en capítulos o bloques su trama, según la edad de Komona, una fantástica y no profesional Rachel Mwanza, yendo de los 12, cuando la reclutan a la fuerza, a los 14 años. Esos momentos con su compañero albino destilan pura y contenida emoción.  

Es un magnífico complemento en formato largometraje al excelente corto que obtuvo en 2013 el Goya, AQUÉL NO ERA YO, impecablemente dirigido por Esteban Crespo y producido por el ciudadrealeño José Luis Matas Negrete.  

Una película emotiva, excepcional, dura y, como ha apuntado algún colega, de un lirismo desgarrador.  

José Luis Vázquez