Director: Miguel Ángel Vivas
Intérpretes: Matthew Fox, Jeffrey Donovan, Ahna O'Reilly, Quinn McColgan, Clara Lago
Sinopsis: Nueve años después de que una infección convirtiese a gran parte de la humanidad en criaturas salvajes y sin intelecto, Patrick, Jack y Lu, una niña de nueve años, sobreviven en aparente tranquilidad en Harmony, un rincón olvidado, cubierto por nieves perennes. Sin embargo, algo terrible ocurrió entre Patrick y Jack y un odio profundo pervive entre ellos. Cuando las criaturas vuelven a aparecer, Patrick y Jack deberán dejar atrás el rencor para proteger lo que más quieren.
No comienza nada mal –feroz ataque zombi a autobús, atractivos y desolados paisajes nevados, cálidas escenas familiares, zozobra infantil- EXTINCTION, pero desengancho a los quince o veinte minutos de las fatigosas, morosas desventuras de sus protagonistas, cuando además viscerillas y gore hacen tímidamente su aparición y el ritmo se estanca, se vuelve plomizo, hasta llegar a una catarsis final a lo NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES en color… sin que por ello su desenlace, claro, sea exactamente idéntico.
O sea, una especie de WALKING DEAD en tostonazo, a lo ibérico, muy de andar por casa y sin relevancia alguna. Un exponente innecesario del género de terror que transita por lugares excesivamente comunes y que no aporta nada, ni tan siquiera algún pequeñito detalle. La aparición/presencia una nada creíble Clara Lago (OCHO APELLIDOS VASCOS) no contribuye precisamente -como tendría que haber ocurrido- a que la historia alce el vuelo, más bien lo contrario, apuntilla otra baldía muestra del un tanto exprimido filón de estas criaturas paliduchas y tocapelotas.
Pueril, sin gancho, tontamente efectista en su tramo final. Y aunque finalmente discreta e insuficiente, al menos es una producción española que no resulta rácana ni mendaz (el más que solvente y plenamente integrado en la industria hollywoodiense Jaume Collet-Serra, firmante de LA CASA DE CERA, LA HUÉRFANA o unos cuantos valiosos policíacos protagonizados por el gigantón Liam Neeson, figura en su staff), no irrita ni causa sonrojo. Ya es algo e impensable hace muy poquitos años en una cinematografía como la española que tratara con tanta naturalidad o desparpajo este tipo de asuntos, pese al único, al aislado mini “hit” que supusiera a comienzos de los 70 la apreciable NO PROFANAR EL SUEÑO DE LOS MUERTOS del barcelonés Jorge Grau.
José Luis Vázquez