miercoles, 7 de mayo

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Estreno en Royal City

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Más allá de las lágrimas ()

Director: Raoul Walsh

Intérpretes: Van Heflin, Aldo Ray, Mona Freeman, Nancy Olson, James Whitmore, Raymond Massey, Tab Hunter, Dorothy Malone, Anne Francis, William Campbell, John Lupton, L.Q. Jones

Sinopsis: Segunda Guerra Mundial, año 1942. Después de la terrible ofensiva japonesa, los Estados Unidos preparan un gran desembarco. Chicos recién salidos de la escuela son entrenados para convertirse en auténticos marines. La acción se centra en un batallón: los esclavos de Huxley. El comandante lleva los entrenamientos hasta el límite de lo soportable, pero los muchachos resisten.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Excepcional melodrama bélico, recalco lo de melodrama, del maestro Raoul Walsh que, tras haber dirigido una década antes un título imprescindible dentro del género en su parte más angustiosa y psicológica, OBJETIVO BIRMANIA, volvería a dar en la diana con este exponente de 1955. Que le reportaría además un enorme éxito comercial, aparte de confesar en alguna entrevista que la consideraba su película favorita.

Y eso que el rodaje parece ser que no fue precisamente un camino de rosas por desavenencias con su guionista, el judío polaco de Baltimore Leon Uris, un popular escritor de best seller en ese momento (el colega aquí retratado no deja de ser un alter ego suyo, combatiente también en la campaña del Pacífico), el más llamativo, ÉXODO, sobre el nacimiento del estado de Israel, sería trasladado poco después a la gran pantalla por Otto Preminger con gran repercusión y popularidad. Todo un épico y vibrante canto sionista.

Pese a esos encontronazos, ambos fueron capaces de ofrecer un retrato realista y cargado de intensidad sobre los soldados en general y la Segunda Guerra Mundial en particular, aunque su discurso bien puede ser universal y extensivo a cualquier otro conflicto… hasta que robots y drones usurpen casi por completo el lugar de los seres humanos.

La acción comienza en 1942, cuando un grupo de jóvenes norteamericanos salen de una estación de tren para enrolarse en el ejército. A partir de ese momento, asistiremos a las vidas y peripecias de varios de ellos. A sus adiestramientos militares, sus romances, sus problemas personales de diversa índole, sus añoradas o conflictivas relaciones familiares...  Se trata de presentar la vida en su retaguardia en sus aristas menos complacientes, alternadas con las más generosas. La camaradería, la amistad vuelven a constituir soportes fundamentales.

Entre los escasos reproches que haya podido leer alguna vez, se encuentra el echarle en cara que a lo largo de sus 150 minutos, se dilate en exceso en los conflictos íntimos y poco en los bélicos, destinando a esto tan solo los últimos quince o veinte minutos.

No solo discrepo de ello, sino que precisamente creo firmemente que su gran baza y el hecho de obtener la repercusión que obtuvo estriba en lo admirablemente bien engarzadas que están las diferentes historias personales. Y aunque hoy en día, puedan haber sido superados todos sus aspectos más escabrosos, no creo que haya perdido merma alguna de su formidable capacidad narrativa para mostrarlos.

Así, adulterios, prostitución, entrenamientos al  límite, promiscuidades, alcoholismo y otra retahíla de cuestiones están desplegadas con enorme fuerza expresiva. Por estos lares, la censura franquista se encargó de aligerar unas cuantas escenas.  

A otorgarle fuerza y credibilidad, contribuyen un amplio reparto de actores emergentes en ese momento y veteranos que muestran gran convicción y atractivo físico. Desde unas esplendorosas Dorothy Malone (EL SUEÑO ETERNO), Anne Francis (PLANETA PROHIBIDO, CONSPIRACIÓN DE SILENCIO, aquí es una party girl) o Mona Freeman, hasta unos recios Tab Hunter, Aldo Ray… o veteranos del calibre de Raymond Massey, James Whitmore o Van Heflin.

Este último, nexo de unión de los marines, otorga nombre a la compañía, el 2º Batallón de “Los esclavos de Huxley”. Un antecedente en más humanista del sargento Louis Gossett Jr. de OFICIAL Y CABALLERO o el ya mítico sargento de hierro “eastwoodiano”.

Curiosamente, en una película tan viril y masculina como ésta, destacan poderosamente los retratos de mujer, aunque sean descritos a pequeñas pinceladas.

Pero la fuerza que continúa manteniendo sesenta años después se debe a un narrador sin igual en la historia del cine. A Raoul Walsh, el firmante de obras maestras como GENTLEMAN JIM, AL ROJO VIVO, EL MUNDO EN SUS MANOS, MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS, LOS VIOLENTOS AÑOS 20, JUNTOS HASTA LA MUERTE, EL HIDALGO DE LOS MARES, TAMBORES LEJANOS, UNA TROMPETA LEJANA  y decenas más.

Esta la firmó entre dos western memorables, necesitados de urgente recuperación para las nuevas generaciones carentes de prejuicios hacia el cine clásico, REBELIÓN EN EL FUERTE y LOS IMPLACABLES. Dos ejemplos inmejorables de “road movie” en el Oeste, dos relatos itinerantes, de viaje, de expedición.

Todavía le quedaría fuelle para continuar en primera línea una década más, hasta 1964, en la que se despediría montando aún a caballo a sus 77 años mientras dirigía ese impagable testamento que es UNA TROMPETA LEJANA. Hasta prácticamente el último aliento seguiría mostrando una inusitada vitalidad que en MÁS ALLÁ DE LAS LÁGRIMAS (su título original es BATTLE CRY, o sea GRITO DE COMBATE) nos regala a granel.

Actualmente pueden seguir comprobando el magnífico uso que aquí hizo del incipiente cinemascope y de un refulgente colorido que perfila aún más a sus personajes.

Vibrante, emocionante, apasionante, enérgica, sensacional. Y con banda sonora del imprescindible Max Steiner en su enésima nominación al Oscar… pues estamos ante una genuina producción Warner del momento.

 

 

José Luis Vázquez