Cultura en Tiempos de Crisis

La pirámide (2014)

Director: Grégory Lavasseur

Intérpretes: Ashley Hinshaw, Denis O'Hare, James Buckley, Daniel Amerman, Joseph Beddelem, Amir K, Christa Nicola, Garsha Arristos, Omar Benbrahim

Sinopsis: Un equipo de arqueólogos estadounidenses descubre una antigua pirámide en medio del desierto egipcio. Se adentran en ella y al poco tiempo se encontrarán perdidos en un intrincado laberinto que parece no tener fin. Desesperados, tratan de encontrar una salida, pero pronto se dan cuenta de que algo les persigue.

Crítica de José Luis Vázquez

Enésima muestra de terror post faraónico -¡qué lejana queda ya el tiempo, que jamás en la memoria, la fundacional LA MOMIA del mítico Boris Karloff!- repleta de efectismo del verdaderamente barato, indigencia narrativa, sustos archiconocidos y monstruos de guardarropía (el Anubis o primo hermano aquí propuesto parece extraído de un espectáculo de barracón de feria antañón, aceptable en el cine de hace décadas pero motivo de sonrojo en el actual).

Nada más alejado de los genuinos, sugerentes y atmosféricos exponentes que a mí más me gustan dentro del género terrorífico, los que van de PSICOSIS a LA SEMILLA DEL DIABLO, pasando por AL FINAL DE LA ESCALERA, EL OTRO (sí está bien el título, en singular, me refiero a una de las obras maestras del genial Robert Mulligan) o LA SEMILLA DEL DIABLO.

Partiendo de un guión “inexistente”, chapucera en sus formas y mimética de varios títulos recientes, desde la pesada EL PROYECTO DE LA BRUJA DE BLAIR hasta la inquietante PARANORMAL ACTIVITY (obvio sus secuelas por innecesarias y mercantilistas), todo se acaba supeditando a un –sobre todo en sus tres cuartos de hora finales- de lances sanguinolentos, a cada cual más pedestre y penoso.

Adscritos a este mismo subgénero y sin ser nada del otro jueves, más bien tirando a discretos, les recomiendo que recuperen dos títulos ochenteros, uno de ellos escorándose más bien hacia la pura intriga y el suspense, tales como LA ESFINGE de Franklin J. Schaffner y EL DESPERTAR de Mike Newell. Por no insistir en la menos estricta dentro de esos parámetros, pero de indudables reminiscencias egiptólogas EL SECRETO DE LA PIRÁMIDE, uno de los ejemplos más felices y culminantes del Steven Spielberg productor.

Una verdadera pérdida de tiempo. La demostración de que el versátil cine francés también fabrica “puturrú de fua”, como da fe esta muestra.

 

José Luis Vázquez