Director: Robert Schwentke
Intérpretes: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet, Naomi Watts, Ansel Elgort, Miles Teller, Zoë Kravitz, Jai Courtney, Ray Stevenson, Octavia Spencer, Maggie Q, Suki Waterhouse, Mekhi Phifer, Daniel Dae Kim, Rosa Salazar, Jonny Weston, Emjay Anthony
Sinopsis: Tris (Shailene Woodley) y Cuatro (Theo James) son fugitivos que tratan de eludir la persecución de Jeanine (Kate Winslet), la líder de los eruditos. Tris pretende averiguar qué era lo que su familia defendió con tanto sacrificio. Atormentada por las decisiones de su pasado, pero decidida a proteger a los suyos, Tris, con la ayuda de Cuatro, se enfrentará a un reto tras otro para desbloquear la verdad de su pasado y el futuro de su mundo.
Admito mi cansancio, mi agotamiento y hasta mi confusión cuando tengo que recordarlas con un pequeño margen de tiempo, aunque siempre haya alguna excepción (EN LLAMAS), con las segundas, terceras y cuartas entregas de éxitos prefabricados futuristas-fantásticos, de franquiciados preferentemente juveniles y distópicos como CREPÚSCULO, LOS JUEGOS DEL HAMBRE, DIVERGENTE y similares (espero que no toquen la sugerente y notable EL CORREDOR DEL LABERINTO, que me temo lo harán).
De la primera, la de los lobos y los vampiros, ni tan siquiera su aparición en escena me generó mayor interés… no diré ya sus secuelas. Por supuesto, respeto y entiendo que los adolescentes o no tanto puedan seguirlas con cierta avidez, pues los empaquetados relucientes pueden camuflar muchas carencias.
Tal vez la referencial sea la saga escrita originalmente por Suzanne Collins y protagonizada por Jennifer Lawrence, de la cual la protagonista de esta otra, Shailene Woodley, viene a ser una émula o prima hermana, lo que prefieran.
Precisamente este paralelismo acaba constituyendo una de las mayores rémoras de INSURGENTE, su evidente mimetismo respecto a aquélla. Tanto en el aspecto físico y en las maneras interpretativas de la protagonista, una Shailene Woodley (espléndida en BAJO LA MISMA ESTRELLA) un tanto perdida y por momentos relegada presencialmente, como en la concatenación de la trama, como en el diseño visual, como en unos cuantos aspectos más. Y ya solo por esto pierde fuelle.
Luego está otro factor que no me canso de repetir en muchas ocasiones cuando se aproximan los “blockbuster” veraniegos: la capital importancia de un director con personalidad, con contrastado talento. No es el caso del átono Robert Schwentke (RED, MÁS ALLÁ DEL TIEMPO), al que no recuerdo ningún título de verdadero fuste. Tal vez el más destacable sea PLAN DE VUELO: DESAPARECIDA, este sí era competente, porque de R.I.P.D. DEPARTAMENTO DE POLICÍA MORTAL mejor correré un tupido y piadoso velo.
Ofrece una considerable ración de cine inane, cuyo mercantilismo resulta perezoso, acomodaticio, sin riesgo alguno, falto de imaginación, por momentos aburrido por mucho que se pueda confundir escenas de acción con ritmo, ese ritmo interior, invisible, fluido, alejado de banales y huecas aparatosidades que debe regir los trabajos significativos.
A su favor, lo de siempre en estos casos, lo que casi nunca falla, unos respetables efectos especiales-digitales y la presencia de algunos secundarios o característicos que logran, aisladamente, que la cosa alce un poquito el vuelo. Caso de Miles Teller en la encarnadura del arrogante Peter. Recuerden que lo pudimos disfrutar hace escasas fechas como el brillante y apasionado estudiante de esa perla titulada WHIPLASH.
No quisiera tampoco pasar por alto la presencia de una siempre bellísima Naomi Watts. Da igual que la enfunden como líder rebelde de embadurnamiento físico opuesto al habitual en ella, gastando unas igualmente atractivas facciones morenas en lo que a su pelambrera y ojos se refiere.
Esto palia muy poco lo que verdaderamente importa. Me defrauda que lo que tendría que ser en esta segunda entrega el meollo, el gran conflicto dramático-físico de la historia, la rebelión, resulte tan insustancial y discretito.
José Luis Vázquez