Director: Roger Donaldson
Intérpretes: Pierce Brosnan, Luke Bracey, Olga Kurylenko, Will Patton, Caterina Scorsone, Eliza Taylor, Bill Smitrovich, Patrick Kennedy, Lazar Ristovski
Sinopsis: Peter Devereaux (Pierce Brosnan), alias 'The November Man', es un veterano y peligroso ex agente de la CIA, que disfruta de unas vacaciones y lleva una vida tranquila en Suiza. Pero, de repente, se le reclama para una última misión: proteger a la bella Alice Fournier (Olga Kurylenko), una testigo clave para la Agencia.
Funcional, resultona, eficaz son calificativos utilizados por algunos colegas para referirse a esta enésima entrega historia de espías y de remozada Guerra Fría. Un cruce mucho más modesto que tiene su basamento en los planteamientos argumentales de la saga Bourne y de la serie James Bond. Precisamente un ex que interpretara al célebre personaje de Ian Fleming, el irlandés Pierce Brosnan, lleva el peso interpretativo de la acción.
Es de ese tipo de producciones donde no cabe engaño alguno, justo lo que uno espera es lo que ve. Tiroteos, persecuciones, agentes de dobles caras y mucha pirotecnia. El otrora solvente, sobre todo en este tipo de asuntos más o menos intrigantes y de acción, Roger Donaldson (NO HAY SALIDA, TRECE DÍAS, EL GRAN GOLPE, EL PACTO), se nota que no está en su mejor momento creativo y le acaba pudiendo en su estilo cierta asepsia y rutina narrativas. Vuelve a reunirse por segunda vez con Brosnan, tras aquella aceptable y catastrofista UN PUEBLO LLAMADO DANTE´S PEAK.
Los tópicos se van acumulando hasta llegar a un previsible y correcto desenlace. En el camino y entre tanta carrera, hay un aspecto a destacar, como es la presencia de la tremenda Olga Kurylenko, actriz ucraniana de gran belleza y una cada vez mayor desenvoltura interpretativa. Ella es lo mejor de la función, junto a la veteranía de su protector, ese desencantado agente de la CIA conocido en clave como “The November Man”. El momento en que se transforma físicamente para acudir a una cita en un hotel es francamente llamativo.
Pese a su discreta carrera comercial, podría ser el inicio de una nueva franquicia, pues las novelas en las que tiene su origen, debidas a Bill Granger, presentan elementos de cierto enganche popular. La que aquí ha sido trasladada tiene como título original THERE ARE NO SPIES.
No da para mucho más. Tan solo una observación final, los escenarios naturales belgradenses y montenegrinos no dejan de tener su encanto. Hago este apunte por si se acabaran distrayendo del inicialmente embarullado guión que acabará derivando en un tanto elemental. Poco más, o poco menos, según lo aficionados que sean al género, da esto de sí.
José Luis Vázquez