Director: Javier Fesser
Intérpretes: Animación
Sinopsis: Se acaba de producir el mayor ataque criminal contra la estabilidad mundial. Es un ataque de risa. Mientras el caos de la guasa y la risa floja se apodera de las instituciones, de la banca, de los ministerios, de las fábricas, de los colegios, de las cafeterías, de los policías, de los ladrones, de los notarios y de los elefantes, la única organización capaz de poner un poquito de seriedad en todo esto es la T.I.A. La Humanidad está en peligro. No aguanta una bromita más. Pero nuestros dos mejores agentes de campo (y playa) se encargarán de cortarle el rollo a ese supergamberro: son MORTADELO Y FILEMON.
Tengo que hacerles otra de mis confesiones, en este caso más que cinematográfica de tipo vitalista-cultural. Por supuesto, de pequeño leía con simpatía los tebeos de Mortadelo y Filemón creados por Francisco Ibáñez, pero no eran precisamente mis favoritos. Me sucede como a mi colega Carlos Boyero, yo era más del Capitán Trueno y Jabato. ¡Qué le vamos hacer! Pero los compraba, conste en acta y me resultaban simpáticos.
En su traslación a personajes de carne y hueso, el brillante cineasta madrileño Javier Fesser supo captar su atmósfera, su ambiente, pero me parecieron un tanto descuajeringados. Creo que la animación le ha sentado mucho mejor. Lo que pasa es que ese humor que saca a la luz la España más garbancera, pillastre y chapuzas, que por supuesto tiene su gracia, no me acaba de llegar al alma. Y matizo que no es tanto una cuestión de registros, pues me encanta el estilo sainetesco de Edgar Neville o el de Vajda en MI TÍO JACINTO por poner otro tipo de ejemplos autóctonos, sino de que me cansa un tanto ese humor de chascarrillos y de cocido madrileño. Supongo que algo congénito debe todavía permanecer sin ser consciente.
Quede en cualquier caso claro, que admito que tal vez nos encontremos ante la mejor película española de animación de la nuestra historia. Su calidad técnica es considerable, hay momentos en los que apabulla y hasta alguno de sus innumerables gags muestra efectividad, pero hay un algo que me impide conectar del todo. Tal vez uno de los motivos sea que lo que en Pixar son historias muy bien estructuradas, imaginativas, desarrolladas con un sentido del ritmo creciente o sostenido, aquí me resulta más bien atropellado en algunos momentos. Supongo que la tentación de fabricar un producto más elaborado, les ha impedido desarrollar un guión mejor calzado. Eso sí, visualmente es espectacular.
José Luis Vázquez