sábado, 26 de abril

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Estreno en Royal City

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Caminando entre las tumbas ()

Director: Scott Frank

Intérpretes: Liam Neeson, Dan Stevens, Marina Squerciati, Sebastian Roché, Boyd Holbrook, Stephanie Andujar, David Harbour, Briana Marin, Toshiko Onizawa, Purva Bedi, Maurice Compte, Patrick McDade, Luciano Acuna Jr., Hans Marrero, Laura Birn

Sinopsis: Matt Scudder, un expolicía de Nueva York, trabaja como detective privado a pesar de que no tiene licencia. Cuando accede a regañadientes a ayudar a un traficante de heroína a cazar a los hombres que secuestraron y asesinaron brutalmente a su esposa, descubre que no es la primera vez que esos hombres han cometido este tipo de crímenes. Entonces decide recorrer las calles de Nueva York para detener a los asesinos antes de que vuelvan a matar.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Cualquier película con el imponente Liam Neeson dentro desprende siempre credibilidad, incluyendo esa desaforada y entretenidísima saga de acción pulp titulada VENGANZA. Y esta no sólo no es una excepción sino que constituye una ratificación.

Neeson se adueña del plano con su manera de interpretar natural, sobria, nada afectada, de molicie a punto de derribo. Así es como ha vuelto a clavar a este Matt Scuder, un ex poli que expía culpas pasadas, ex alcohólico que deambula por ambientes de una brutalidad y sordidez extremas.

Sus modelos son en su primera parte los nombrados en la propia trama Sam Spade y Philip Marlowe, héroes inevitables de la literatura más negra, de suspense, que apelan sobre todo a la eficacia deductiva. En la segunda, retoma al agente Bryan Mills de la mencionada y explosiva franquicia. Puro actioner propio y representativo de cierto cine que vengo disfrutando desde los 80 hasta la actualidad. Esto se manifiesta, principalmente, en quince o veinte minutos que dan paso a un estallido de lo más virulento y carnicero.

Esas dos partes bien definidas están bien ensambladas por el avezado guionista Scott Frank, reconvertido para la ocasión en director, en el que es su segundo trabajo tras su debut en 2007 con la muy interesante THE LOOKOUT.

Lógicamente, también se ocupa de la escritura para no perder la que ha sido su verdadera y fructífera ocupación en la industria (MINORITY REPORT, EL VUELO DEL FÉNIX, LA INTÉRPRETE, UN ROMANCE MUY PELIGROSO, LOBEZNO INMORTAL) en la industria, basándose para ello en una novela de Lawrence Block, la décima de la serie que recoge las aventuras del tal Scuder.

Hace ya unos años, en 1986, se había adaptado con gran fortuna otro capítulo de la serie, el décimo, OCHO MILLONES DE MANERAS DE MORIR de Hal Ashby, con Andy García y con guión de Oliver Stone. CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS no llega a ese punto redondo que si tenía esta, pero demuestra destreza narrativa y capacidad para crear atmósferas desapacibles y sombrías.

Los psicópatas aquí propuestos nadan tienen que envidiar a los de títulos fundamentales como ZODIAC, SEVEN o EL SILENCIO DE LOS CORDEROS. Carecen del aura de los que salían en estas, pero son igualmente atroces y contundentes en sus métodos. Agradezco que las aberraciones que cometen no nos sean mostradas, en cambio los títulos de crédito sin tampoco mostrar nada resultan de lo más explícitos.

A Neeson le da buena réplica Dan Stevens como un narcotraficante de guante blanco o Boyd Holbrook como el más conflictivo e inestabe hermano de éste. Y desde luego, el pequeño rapero (Brian) Astro como TJ muestra el desparpajo propio de un artista que ya se desenvuelve desde joven en diversas manifestaciones artísticas. Su personaje no busca la compasión, aunque bien pudiera haber sido extraído del mundo de Charles Dickens adaptado a este tiempo.

Es un brioso, trabajado, currado policíaco que no desmaya su ritmo y que muestra hechuras, profesionalidad y un tono expeditivo acorde con el individuo que acapara la pantalla… y que ya en la primera secuencia deja claro que no se achanta.

No sé muy bien dónde lo leí, o si es fruto de mi reciclado mental, pero creo alguien ha apuntado atinadamente que su puesta en escena combina con gran acierto el nervio y la suciedad  con un toque de distinción.

José Luis Vázquez