Director: Gus Van Sant
Intérpretes: Matt Damon, John Krasinski, Lucas Black, Frances McDormand, Rosemarie DeWitt, Hal Holbrook, Titus Welliver, Tim Guinee, Scoot McNairy, Terry Kinney, Johnny Cicco, Rosemary Howard, Sara Lindsey, Lennon Wynn, John W. Iwanonkiw, Lexi Cowan, Kristin Slaysman, Joe Coyle, Jennifer Obed, Carla Bianco
Sinopsis: Steve Butler (Matt Damon), un ejecutivo de una gran empresa, llega a un pueblo con su compañera de trabajo, Sue Thomason (Frances McDormand), para comprar los derechos de perforación a los propietarios de las tierras, casi todos ganaderos. En esa población, asolada por la crisis económica de los últimos años, Steve intentará convencer a la gente de los beneficios de perforar sus tierras, pero también tendrá ocasión de reconsiderar lo que ha sido su vida hasta ese momento.
Plácida, apacible propuesta de ligera denuncia social y buenos sentimientos rústico-rurales made in USA.
De nuevo sale a la palestra el tándem Gus Van Sant (director) y Matt Damon (actor y guionista) que tan buenos resultados artísticos y comerciales provocara años atrás, en 1997, su reunión en aquella reconfortante y luminosa película titulada EL INDOMABLE WILL HUNTING.
Aquí bajan un poquito la calidad y la intensidad –todavía recuerdo aquél memorable diálogo en un banco entre Williams y Damon de WILL HUNTING- pero llevan a cabo un trabajo respetable, que se deja ver.
El asunto a tratar es un fenómeno que se está expandiendo a la velocidad del rayo, el “fracking”, la técnica de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional. Su tratamiento resulta un tanto superficial y la excusa perfecta del típico individuo que se replantea su ética profesional y su vuelta a sus orígenes. Ese personaje lo encarna Damon con relativa convicción. Frances McDormand (la inolvidable y parsimoniosa sheriff de FARGO es una buena compañera de correrías profesionales). Maravillosa la aparición de Hal Holbrook como un honesto, digno e ilustrado vecino del lugar.
El otrora “enfant terrible” Gus Van Sant muestra su contrastada capacidad para rodar con solvencia y hurgar en el lado humano de un tema molesto. Su retrato de esa pequeña comunidad está salpicado de algunos detalles, personajes atractivos y un grato bucolismo paisajístico.
Es uno de esos tantos ejemplos de vistoso y entretenido cine medio que, al final, es como la clase media de un país, el que hace poderosa a una industria. Pues no siempre se puede lograr la maestría, la inspiración o la genialidad, pero si a cambio se garantiza competencia y profesionalidad, se puede continuar manteniendo y saneando el negocio.
José Luis Vázquez