Director: Antoine Fuqua
Intérpretes: Denzel Washington, Chloë Grace Moretz, Melissa Leo, Haley Bennett, Marton Csokas, Dan Bilzerian, Bill Pullman, Vladimir Kulich, Johnny Messner, Robert Wahlberg, David Harbour, Meredith Prunty, Chanty Sok, David Meunier
Sinopsis: Robert McCall, un antiguo agente de la CIA, abandona su retiro para ayudar a Teri, una joven que está en manos de la mafia rusa. Se trata de una situación que despierta en él un renovado deseo de justicia. Versión cinematográfica de la serie de televisión de los 80 'El justiciero'.
Ese desprecio ancestral hacia lo entretenido que suelen manifestar algunos colegas de profesión o cinéfilos, no lo comparto en absoluto. Y soy consciente que corro el riesgo de que se me pueda invocar la nefanda saga TORRENTE (la primera todavía podía tener un pase). Efectivamente, como ya habrán supuesto por este comienzo, THE EQUALIZER (EL PROTECTOR) me parece cine de entretenimiento puro y duro. No engaña, no estafa y su envoltorio es de primera. Y aunque el contenido resulte siempre fundamental, las formas a veces sí cuentan mucho. Como es el caso.
Un típico ejemplo de argumento trillado, el que gira en torno al tantas veces estrujado arquetipo del vengador justiciero (representado por un implacable ex criminal de la CIA), se ve casi totalmente redimido por las formas, por la brillante estilización de la acción y por el estilazo de su protagonista. Aquí estas características lo son casi todo. No se olvide por otra parte que no deja de ser una aparatosa y conveniente actualización de una serie televisiva de moderado éxito que viera la luz allá por 1985 y que varias cadenas autonómicas recuperaron en España.
Y es que el director de este explosivo actioner de raíces ochenteras, que extrae su espíritu, su aroma y sus maneras de iconos de aquella década como el Paul Kersey de Charles Bronson (la saga YO SOY LA JUSTICIA) o el Harry Callahan de Clint Eastwood, es un maestro en estos asuntos.
El afroamericano Antoine Fuqua, tal es su nombre, nos ha regalado perlas como TRAINING DAY (segundo Oscar para su actor fetiche, aquí protagonista), la imponente EL REY ARTURO, la espléndida LOS AMOS DE BROOKLYN, la trepidante LÁGRIMAS DEL SOL, la digestiva SHOOTER: EL TIRADOR o la palomitera OBJETIVO: LA CASA BLANCA.
Vuelve a ofrecernos toda una lección de ritmo y de coreografía violenta. Sus encuadres son diáfanos y limpios al mostrarnos los estallidos del héroe y de los sicarios que se le oponen. Su cámara es un cutter sin desmayo alguno, que tan solo se toma alguna pausa para coger más impulso.
El Robert McCall encarnado ejemplarmente por Denzel Washington es un aliado inmejorable. Este actor incuestionable posee presencia, magnetismo, contundencia. Es como un samurái de los tiempos modernos, manejado por Fuqua con una precisión a tono con su segundero. Agradezco su laconismo y su aparente hieratismo. Pero es tan bueno que con un leve gesto transmite emoción, sensibilidad, sentimiento. Es un placer disfrutar de su permanente presencia en pantalla.
Además, aunque resulte muy simple o un tanto obvio, me parece un acierto que venga perfilado desde guion a través de las lecturas que suelen acompañar su soledad. EL QUIJOTE, EL VIEJO Y EL MAR o EL HOMBRE INVISIBLE van configurando su deambular. Una frase de Mark Twain con la que da inicio todo este tomate, también resulta determinante: “Hay dos momentos grandes en la vida de un hombre. Uno es cuando descubre que ha nacido. El otro, es cuando descubre para qué”.
Tampoco quisiera dejar de destacar también la gratificante aparición de la emergente, estupenda y muy guapa Chloë Grace Moretz (SI DECIDO QUEDARME, CARRIE, DÉJAME ENTAR, LA INVENCIÓN DE HUGO, SOMBRAS TENEBROSAS), una especie de sosias rusa de la Jodie Foster de TAXI DRIVER.
Por supuesto, no es una película sutil como ha apuntado alguien, ni tal vez le puedan pedir exquisiteces, pero su potencia visual, su ritmo resultan de alto voltaje. Sus dos horas y diez minutos pasan en un suspiro… y esa una cualidad básica, fundamental en esto del cine. Y funciona con la precisión de un cronómetro.
PD: A Washington lo avalan como héroe de acción TIEMPOS DE GLORIA (su primer oscar, en este caso como secundario), la citada TRAINING DAY (el segundo, ya como principal), la estimulante EL LIBRO DE ELI, AMERICAN GANGSTER o esa joya de Tony Scott titulada EL FUEGO DE LA VENGANZA, entre otras varias muestras.
José Luis Vázquez