jueves, 5 de junio
jueves, 5 de junio
Director: Patrick Hughes
Intérpretes: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Terry Crews, Randy Couture, Arnold Schwarzenegger, Harrison Ford, Mel Gibson, Wesley Snipes, Antonio Banderas, Kellan Lutz, Ronda Rousey, Victor Ortiz, Kelsey Grammer, Glen Powell, Robert Davi
Sinopsis: Gira en torno a la aparición de Stonebanks, el otro fundador del grupo conocido como Los Mercenarios, en la vida de Barney. Sus caminos se separaron cuando este se convirtió en traficante de armas, por lo que Barney se vio obligado a intentar matarle. Los Mercenarios se enfrentarán a este villano mientras se debaten entre las viejas y las nuevas tácticas de combate.
Pesada, cansina, reiterativa humorada bélica de tono y registro entre paródico y circense. Si la primera entrega ya me hizo relativa, muy relativa gracia, aunque la contemplara con cierta nostalgia ochentera, la segunda y esta tercera entiendo que carecen de razón de ser, salvo los dividendos que proporcionen a sus responsables.
Parece ser que la taquilla y los viejos rockeros del género no opinan lo mismo y le otorgan su voto de confianza a este continuo despliegue de tiros, explosiones y efectos especiales a la vieja usanza, con algunas aportaciones de los nuevos tiempos.
El malagueño Antonio Banderas justificaba su existencia en base a lo muchísimo que le han dado a la industria toda esta reunión de cachas, forzudos y actores especializados en el cine de acción, indistintamente de sus diferentes calidades interpretativas (con mis respetos siempre para el limitado de registros Stallone no es lo mismo él que Harrison Ford, por ejemplo) y en ese aspecto coincido plenamente con mi paisano. Por supuesto, un respeto, por favor. Y es que, efectivamente, además cada uno de ellos ha proporcionado varios buenos títulos de entretenimiento a la industria a lo largo de estas décadas. El problema reside cuando la fórmula se acaba haciendo norma, como es el caso.
Si además sirve para que el currante de Stallone se mantenga en el oficio (no olvidemos su esplendorosa irrupción con la excelente ROCKY, escrita por él mismo, no precisamente original pero de lo más efectiva), pues la verdad es que me alegro.
Nada mínimamente novedoso o interesante proporciona esta segunda secuela, salvo más ruido, volatineros y acribillados por minuto.
Tampoco es cuestión tomársela en serio, porque esa no es ni mucho menos la intención de sus creadores, con Sly a la cabeza. Sí, destacar negativamente, y miren que lo siento porque en lo personal me cae francamente bien, la exagerada, histriónica y desaforada aparición de Banderas. Los demás cumplen con los que les exige el guión, sin ningún matiz o sutileza que pudiera proporcionar alguna sorpresa.
Así que ya saben, quedan avisados, más de lo mismo. Por tanto, a quien corresponda. Y quiero dejar muy clarito que soy un fan enorme del cine de acción made in USA, pero con otro fuste dramático que el ofrecido en esta ocasión.
José Luis Vázquez
