Director: John Carney
Intérpretes: Keira Knightley, Mark Ruffalo, Hailee Steinfeld, Adam Levine, James Corden, CeeLo Green, Catherine Keener, Mos Def
Sinopsis: Novios desde el instituto, la pasión por la música lleva a la británica Gretta (Keira Knightley) y a su novio Dav (Adam Levine) hasta Nueva York. Pero cuando él, una vez alcanzado el éxito y la fama, la abandona, ella se queda completamente desolada. Una noche, un productor de discos (Mark Ruffalo) recién despedido, la ve actuar en un bar de Manhattan y queda cautivado por su talento.
Como si fuera una prolongación de la vida real y del propio cine, BEGIN AGAIN, parte prácticamente de dónde se quedaba ONCE, aquél fenomenal “sleeper” de 2006 con el que no solo comparte director sino espíritu y filosofía vital.
Nos propone un musical íntimo en el que resulta admirable esa combinación entre mostrar el proceso de composición de las canciones incrustado en la vida de sus personajes, de la pareja protagonista, conformada por una chica con talento y el corazón roto y un fracasado productor.
Se encuentran en un tugurio, se reconocen en sus horas bajas y se yerguen gracias al poder creador y curativo de la música, vivida también ésta como manea de otorgarle sentido a la vida. Y lo obtenido, no es solo la fabricación de un disco de inequívoco encanto en la ficción, sino una película preciosa, luminosa, confortable, próxima.
Una película que desprende autenticidad y sinceridad sobre seres que se resisten a no intentar cumplir sus sueños, al igual que aquellos músicos dublineses callejeros, Glen Hansard y Markéta Irglová, retratados en su antecesora.
Son varios los que tras su estreno la han tachado de predecible o repetitiva. Me vuelve a traer al fresco. Me parece tan estimulante, cálida, reconfortante, tan entusiasta en aquello de lo que trata, tanto en lo referido a lo profesional como a lo sentimental, que esos calificativos los considero completamente prescindibles en esta ocasión.
Me encanta, además, que hable permanentemente de amor, que lo intuya entre sus criaturas sin consumarlo jamás en pantalla. Bien podría calificarse como de romanticismo sugerente, sutil. Me encanta que esos desprotegidos, solitarios y caídos seres se encuentren, se necesiten y salgan adelante por sí mismos.
Secuencias como aquella en la que un Dan beodo configura en su cabeza la canción con la que descubre a Greta, en la que los dos escuchan sus temas favoritos a través de cascos mientras deambulan por una resplandeciente Nueva York o la grabación de un tema en un callejón arropado por niños, tienen tal frescura, espontaneidad, vitalidad, que es muy difícil que no subyugen.
De principio a fin fluye de forma que va calando como ese chirimiri que va empapando sin que uno se dé cuenta. Es como una permanente “jam session” en celuloide.
John Carney, dublinés, ex bajista de The Frames, en su debut hollywoodense, ha ido a lo seguro, pero sin por ello menoscabo de mérito alguno. Se ha llevado a la Gran Manzana la estructura de ONCE y ha vuelto a salir completamente airoso. Ha sido capaz de dirigir con idéntica destreza a estrellas anglosajonas que rayan a un enorme nivel. Mark Ruffalo está inmenso, haciendo de borracho lo borda. Keira Knighley provoca incondicionalidad a base de sonrisas bonitas y más contención de lo habitual. Buenas perfomances también de Adam Levine, líder del grupo Maroon 5, el tercero supuestamente en cuestión en la historia, aunque la hija, la ex mujer, el ex socio o los músicos tengan mucha sustancia también en sus breves cometidos.
Su subtitulo en inglés resulta muy revelador, ¿PUEDE UNA CANCIÓN SALVARTE LA VIDA? La respuesta por mi parte es indudable, claro que puede, como los libros, como un buen amigo o como películas tan encantadoras como ésta, de las que no figurarán probablemente entre las favoritas de nadie pero que habrán contribuido discretamente a hacernos más felices a alguno.
José Luis Vázquez