Director: Roberts Gannaway
Intérpretes: Animación
Sinopsis: Su protagonista es Dusty, un avión que le gustaría participar en una competición aérea y lo peor de todo es que tiene miedo a las alturas. En la primera película, Dusty tuvo que demostrar todo su valor para alcanzar alturas imaginables y se convirtió en un gran competidor aéreo. En esta segunda entrega la historia se centra en un equipo de aviones de bomberos cuya misión es proteger el Parque Nacional de Piston Peak de un terrible incendio. Cuando Dusty (de nuevo con la voz de Dane Cook) se da cuenta de que su motor está dañado, cambia las competiciones de carreras para unirse al veterano equipo de rescate contraincendios. Juntos se jugarán la vida por apagar un incendio enorme, y Dusty se dará cuenta de lo que cuesta ser un héroe de verdad.
Reiterativa, fatigosa pese a su brevedad e infantilona secuela de PLANES (AVIONES), a su vez una spin-off Disney, carente de imaginación o relevancia alguna. Lo mejor que ofrece tal vez lo constituya ese mensaje solidario y de unión en pro de ayudar/socorrer a los demás, en este caso centrado en un grupo de aviones y vehículos animados que se dedican a la extinción de incendios.
Dusty, el protagonista, que cuenta con la voz de Duane Cook en la versión original, tras haber demostrado anteriormente su capacidad de superación compitiendo a elevadas alturas, ahora tendrá que desplegar todo su arrojo y valor contribuyendo a apagar uno de esos incendios en el Parque Nacional de Piston Peak.
Quien pueda verla en 3D, que no fue mi caso debido a mi relativa –salvo en algún caso excepcional y justificado, GRAVITY por ejemplo- alergia a este invento, puede tener el aliciente de contemplar esas vistosas secuencias visuales acerca del denodado esfuerzo para apagar ese bosque en llamas. Está claro en cualquier caso que una vez adoptada la fórmula, tan solo se trata de aplicarla a diferentes escenarios, como es el caso, vamos que se trata de hacer una variación sobre el bosquejo inicial.
Mucho me temo que para una gran mayoría, al contrario ocurrido con otros exponentes animados, sea prescindible y que tan solo sean los más pequeñines sus únicos destinatarios, pues a una competencia técnica que se da por supuesta procediendo de donde procede, no mucho más se puede valorar de este producto de temporada estival muy fácilmente caducable, salvo poder tenerlo en reserva en las casas donde haya peques cuando salga a la venta.
En cuanto a su presunta gracia, como mucho sus supuestas humoradas son propias de educación primaria.
José Luis Vázquez