sábado, 26 de abril
sábado, 26 de abril
Director: Stuart Beattie
Intérpretes: Aaron Eckhart, Bill Nighy, Yvonne Strahovski, Jai Courtney, Miranda Otto, Kevin Grevioux, Steve Mouzakis, Aden Young, Deniz Akdeniz, Virginie Le Brun
Sinopsis: Adaptación del cómic de Dark Storm pero ambientada en un presente distópico en el que hay una guerra entre ángeles y demonios, y en el que el Frankenstein es, por una vez, un héroe que se enfrenta con todo tipo de monstruos: Vampiros, Hombres Lobo y Fantasmas.
Del reloj de arena de mi vida ya se están cayendo los granitos de arena… siempre que uno tenga una existencia media razonable, y teniendo en cuenta, claro, que la misma depende del hecho más insignificante y a uno lo puede largar de este planeta en cualquier instante.
Este preámbulo supongo puede que sorprendente para algunos, viene a cuento para volver a constatar que el tiempo es muy valioso y aunque cada cual lo pierde en lo que le da la gana, hacerlo viendo tostonazos insoportables es una cuestión que hago encantado por informarles a ustedes, pero que, cada vez más, intento dosificar lo máximo posible. Aprovecho también para matizar que en contra –bueno en contra no, apostillando- de lo que suele ser vox populi achacándome generosidad comentando películas, amén de poder ser cierto en parte, existe también una explicación. Si puedo, evito hablar de lo feo o de no verlo, sencillamente trato de que así sea, aunque ya sé que viendo lo que uno no considera adecuado valora más lo que es grande.
Y en fin, me dejo ya de rollos y voy al asunto. Que no es otro que informarles que este fin de semana he visto cinco películas, cuatro infumables (EL CIELO ES REAL, PERDONA SI TE LLAMO AMOR, TRANSCENDENCE y ésta) y una correcta, pasable (VIOLETTE. Pero de la que hablaré ahora es de una tan sola en representación de todas. Por tanto, es otra prueba inequívoca, de que muchas veces son muchas más las que no me gustan (de ser al revés no pasaría nada, muchas veces ha sucedido, siempre lo preferiré), pero lógicamente opto por hablarles de las recomendables para no hacerles perder su valioso tiempo con lo que uno, por supuesto subjetivamente, no considera merecedor de reparar en ello.
I FRANKENSTEIN/YO, FRANKENSTIEN es un sofrito, una horrorosa -no en el sentido descriptivo sino en el meramente calificativo- producción fantástica de abundantes y rutinariamente digitalizados efectos especiales.
Sus creadores han tenido muy presente la aceptable UNDERWORLD, sus infaustas secuelas y similares, mezclando el maravilloso mito del monstruo creado por la imaginativa pluma de Mary Shelley con gárgolas, demonios y la Biblia en pasta. El resultado: es un intragable, un indigesto pastiche que no muestra ni una sola reacción o situación dramática de fuste o mínimamente sólida. Todo es un totum revolotum de ataques demoníacos, caras marmóreas de Aaron Eckhart y una rubia mona que pasaba por allí.
Un equivocado y estruendoso sentido gótico-difuso del asunto otorgado por su guionista y director, Stuart Beattie, acaba por provocar el naufragio. Ese alma que de anhela el monstruo es lo que no asoma ni por lo más remoto a lo largo de su breve pero interminable metraje.
En fin, reservada a incondicionales amantes de los subproductos gaseosos de machacones efectitos. (Miren que lo paso mal hablando de las cosas que no me gustan: películas, chicas, amigos… da igual, pero si tengo que hacerlo lo hago, con discreción eso sí y sin refocilarme ¿o no ha quedado claro?).
PD: Interpreten ésta, más que como una crítica como una declaración -en parte- de principios.
José Luis Vázquez
