sábado, 26 de abril

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Estreno en Royal City

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Los últimos días ()

Director: Álex Pastor y David Pastor

Intérpretes: Quim Gutiérrez, Jose Coronado, Marta Etura, Leticia Dolera

Sinopsis: Año 2013. Una misteriosa enfermedad se extiende por todo el planeta. La humanidad desarrolla un pánico irracional a salir al exterior, lo que provoca la muerte de manera fulminante. Pronto, toda la población mundial se queda encerrada en sus casas. Mientras la civilización se desmorona, Marc, sin poder salir a la calle, emprende una misión casi imposible: la búsqueda de Julia, su novia desaparecida.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 1 estrellas

Qué tostonazo, que película más sumamente aburrida esta de LOS ÚLTIMOS DÍAS... Con obras de esta enjundia no me extrañaría que el fin del mundo se encontrase muy próximo. Y vaya racha este año la del cine español, aunque bueno, puede que acaben -faltan 180 días- en la media habitual, cinco o seis películas  dignas de ser destacadas y pare usted de contar. Por ahora ni una decente me he echado al morral en los tres meses transcurridos de 2013.  Ésta encima, casi molesta más porque venía con un lanzamiento publicitario y con una tirada de copias abundantes. Estéril esfuerzo. 

El caso es que lo obtenido por los catalanes hermanos Pastor, Álex y David (responsables de la "estadounidense" e irrelevante INFECTADOS), es un trabajo espeso y de lo más farragoso. Se nota que han dispuesto de medios, algún plano puede tener algún pase, ¡faltaría más!, pero la sensación final que me queda es la de un producto que ya venía tocado de muerte desde el guión. Su metáfora sobre los tiempos que vivimos es de una obviedad pedrestre, el hecho de ser nosotros mismos la causa de nuestra autodestrucción, el haber fabricado una sociedad que se encuentra en punto muerto, es de una obviedad -y a la vez de un confusionismo argumental- verdaderamente pedestres. 

Nada me parece digno de ser salvado en este naugragio cinematográfico. Y si ya tengo que reparar en su final, el sonrojo alcanza proporciones considerables. Ni tan siquiera ese magnífico actor en el que se ha ido convirtiendo pasito a pasito, José Coronado, puede hacer nada por salvarnos del bostezo.

El vacío, en todos los sentidos, se acaba apoderando de la función. 

José Luis Vázquez