Director: Jaume Collet-Serra
Intérpretes: Liam Neeson, Julianne Moore, Lupita Nyong'o, Michelle Dockery, Anson Mount, Scoot McNairy, Bar Paly, Corey Stoll, Linus Roache, Jon Abrahams
Sinopsis: Bill Marks (Liam Neeson), un veterano agente del servicio aéreo de los Marshalls, se siente bastante quemado tanto con el mundo como con su profesión: no entiende su labor como un deber para salvaguardar vidas, sino como un rutinario trabajo de oficina a bordo de un avión. Sin embargo, un día, en un viaje trasatlántico de Nueva York a Londres recibe una serie de misteriosos mensajes de texto, en los que se le pide que inste al gobierno a hacer una transferencia de 150 millones de dólares a una cuenta secreta, pues, en caso contrario, un pasajero moriría cada 20 minutos. El juego del gato y el ratón se desarrollado a 40.000 pies de altura y con la vida de 200 pasajeros pendiente de un hilo.
El quinto largometraje del español, catalán para más señas, afincado en Hollywood desde su más tierna juventud Jaume Collet-Serra, no defrauda, cumple lo prometido, pero tampoco genera pasiones o muestra una brillantez o distinción especial. Pero no está mal lo que ofrece: entretenimiento en las alturas, a 40.000 pies.
Bebe de muchas tendencias e influencias. Por ejemplo, del subgénero de las películas de avión que sufren algún tipo de percance en pleno vuelo. La moda la reinauguró AEROPUERTO, pero ahí están ejemplos más o menos recientes que van de AIR FORCE ONE o DECISIÓN CRÍTICA pasando por SERPIENTES EN EL AVIÓN, PLAN DE VUELO: DESAPARECIDA o VUELO NOCTURNO.
También bucea en el cine en el que la acción pasa, más o menos, en tiempo real. Aquí hay que remontarse a LA SOGA o SOLO ANTE EL PELIGRO, sin olvidar A LA HORA SEÑALADA.
El suspense a lo Hitchcock también asoma la cabeza. Inevitable no citar su memorable ALARMA EN EL EXPRESO.
Y por último, dado el protagonismo del grandullón Liam Neeson remite a las historias de “action hero” o de padre sufridor en las que se ha especializado el actor irlandés en los últimos tiempos, tanto a través de las dos entregas de VENGANZA como el anterior trabajo con este mismo director, la apreciable SIN IDENTIDAD.
Puestos ya por tanto en situación vamos a la miga de asunto, a lo que verdaderamente importa. Y esto es, que NON-STOP (SIN ESCALAS) es un virtuoso y mecánico ejercicio de dirección cinematográfica, muy por encima de lo esgrimido por el guión de tres profesionales, que se refugia en mucho lugar común, mucho topicazo y a veces también en considerables dosis de inverosimilitud. El arquetipo se acaba imponiendo a cualquier otra consideración. Desde el asesino aparentemente más despistante y contrarreloj hasta la niña desamparada o el poli un tanto rudo.
Su argumento se nutre igualmente de alusiones a terrorismos diversos, desde el islamista al irlandés, pasando por el efecto paranoia motivado por los atentados a las Torres Gemelas.
Por supuesto, Collet-Serra vuelve a hacer demostración de sentido del ritmo y de una realización ágil, dinámica. Ejecuta con precisión y aseo su cometido, pero no es suficiente para alcanzar la excelencia, en parte por el lastre que supone lo anteriormente expuesto. Lo cual tiene su indudable mérito.
Neeson, un profesional a punto de demolición, es igualmente capaz de echarse a sus fornidos hombros el permanente peso de la vertiginosa trama. Ocasionalmente le ayuda una Julianne Moore que más parece pasar por allí que otra cosa. Y hasta la recientemente oscarizada Lupita Nyong´o asoma su palmito pero sin especial dedicación.
Es la típica producción destinada para el gran público, palomitera y que muestra solvencia profesional. Puede ser por tanto entendible que en su primera semana alcanzase el número uno en la taquilla estadounidense.
Mantiene la atención en todo instante pero no acaba de descollar. No se desdeñe pues.
José Luis Vázquez