Director: Jose Padilha
Intérpretes: Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Abbie Cornish, Samuel L. Jackson, Jackie Earle Haley, Michael K. Williams, Jay Baruchel, Jennifer Ehle, Marianne Jean-Baptiste
Sinopsis: Año 2028, la compañía multinacional OmniCorp manda en el área de la tecnología robótica. Sus robots han ganado todo tipo de guerras fuera del territorio estadounidense y ahora quieren aplicar esa tecnología punta en el ámbito nacional. Por otra parte, Alex Murphy es un policía de Detroit que se esfuerza al máximo por acabar con la ola de crimen que arrasa la ciudad. Después de ser críticamente herido durante el cumplimiento del deber, OmniCorp aprovechará la ocasión para utilizar su gran conocimiento de la ciencia robótica y salvar a Alex, dotándole de nuevos e increíbles poderes, que irán acompañados de problemas a los que un hombre corriente jamás ha tenido que enfrentarse
En 1987 el ya casi cincuentón y excelente cineasta holandés Paul Verhoeven debuta oficialmente en Hollywood, pues oficiosamente ya lo había hecho dos años antes con LOS SEÑORES DEL ACERO, con el subversivo y deslumbrante espectáculo de ciencia ficción ROBOCOP.
Veintisiete años después, otro colega no estadounidense, el brasileño José Padilha, que a tantos nos deslumbrara en 2011 con su vigorosa y magnífica TROPA DE ÉLITE, hace igualmente su opera prima en la Meca del Cine con un “remake” de aquélla.
Las diferencias son obvias en un sentido y otro. A nivel temático, carece de la mala baba, la corrosión, la acidez de aquél ya mítico y placentero título ochentero. Gana por supuesto en cuanto a sofisticación de efectos especiales, aunque los creados por el imaginativo Rob Bottin (LA COSA) continúen siendo recordados.
Aún así, no es este un trabajo a desdeñar. Se observa respecto a trabajos anteriores de Padilha, el mencionado de TROPA…, que continúa manteniendo un magnífico pulso para rodar con brío y una gran utilización del montaje para las secuencias de acción.
Y también presenta cierta capacidad para mostrarnos de una manera perturbadora y ferozmente realista a ese híbrido mitad hombre mitad máquina. Su debate interno se hace llegar al espectador, es comprensible, entendemos su propio horror. Y todos los momentos en que comparte planos con el científico Gary Oldman me generan una extraña sensación.
Sin duda ha habido un generoso esfuerzo de producción que está bien aprovechado y se nota en pantalla.
¿Cuál es pues la causa de que no me arrebate tanto como la obra del neerlandés? Pues aparte de esa fundamental causa de la pérdida de vitriolo y reconfortante ironía, su acción no deja entrever algo más que una mecánica perfectamente engrasada, no precisamente de hojalata como algún sicario se refiere al protagonista, pero que no percute mucho más allá de cierta aparatosidad. Es más plana, sobre todo en su último tramo, pues el comienzo presenta alguna reflexión existencialista y militarista interesante, hasta sobre la manera en que el Imperio puede ir declinando. Inclusive también resulta válida la manipulación con que son observados los medios de comunicación a través del personaje de Samuel L. Jackson
A cambio, es posible que resulte más oscura, más sombría, a tono con la época que vivimos. En ese caso, puede ser un digno exponente de este tiempo.
Respecto ritmo, este es respetable, algo que no debe extrañar llevando la firma de quien lleva.
En cuanto al apartado interpretativo, Joel Kinnaman da cierta talla, Michael Keaton resulta lo suficientemente siniestro como el mandamás y Oldman está irreprochable como el sumo hacedor científico.
Poco más pues… y poco menos también. Cuidado con desconsiderar este tipo de películas que llenan las planteas, que generan legítima distracción y que se ven sin enojo alguno… salvo que sean alérgicos al género.
José Luis Vázquez